Conmemorando los cincuenta años de la Goyesca, la corrida de toros más popular instaurada por Antonio Ordóñez , Cayetano la cuarta generación de una dinastía taurina recíbía la alternativa de su hermano Francisco. En la misma plaza en la que están las cenizas del abuelo, , en la que pasearon de niños los dos hermanos con el padre y el abuelo de la mano y aprendieron jugando al toro.
Fue un acontecimiento muy esperado que colgó el cartel de no hay billetes y convirtió Ronda en el centro taurino por excelencia.
Cayetano y Francisco recorrieron las calles en coche de caballos.Fueron aclamados por su vecinos, Cayetano de verde, Francisco de lila. Complicidad y mucha unión entre los dos. Magia en la plaza. Al final cuatro orejas para Cayetano y dos para Francisco, ambos salieron a hombros.
El momento más emotivo, la entrega de los trastos de matar de Francisco a Cayetano, y el abrazo en el que se fundieron los hermanos.Francisco brindó sus tres toros a las tres mujeres de su vida, su novia Blanca, su madre y su hija Cayetana. Su hermano dedicó el último a su abuelo, arrodillándose ante las cenizas enterradas en la puerta de toriles
El brindis de Fran a Blanca se convirtió en una declaración de amor asegurándole que era la mujer con la que quería pasar el resto de su vida.. Cayetana Rivera, la quinta generación, también llegó a la plaza en coche de caballos y curiosamente con un vestido naranja, el mismo color con el que se vistió la abuela Carmen Ordóñez en una goyesca, en la que Paquirri le brindó el toro.
El último brindis de la tarde corrió a cargo de Cayetano., el nieto del gran matador quiso rendirle su particular homenajeSe acercó a la puerta de toriles y clavando la rodilla en el suelo brindó el toro en el lugar en el que descansan las cenizas de su abuelo.
La fiesta terminó con varias vueltas al ruedo, una de ellas protagonizada por Francisco que no dudó en hacer el paseillo acompañado por su hija Cayetana, la hija de Blanca y sus sobrinos Amina y Luis, hijos de Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova. El festejo sirvió para unir a los cuatro hermanos, en el ruedo Fran y Cayetano, en el callejón Francisco Rivera, el hijo de Isabel Pantoja y las gradas, intentando pasar desapercibido Julián Contreras. Cayetano lo había invitado y reservado una habitación en su hotel para que compartiera este momento tan especial en su vida.
Al finalizar la corrida la Duquesa de Alba acudió al hotel para saludar a Francisco y a su sobrina Blanca. Cayetano Martínez de Irujo, acompañado de sus gemelos hizo lo mismo, y el triunfador de la tarde, Cayetano recogía un galardón ya más tranquila y relajado.