Hoy se ha presentado en Bilbao el VII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Residencias (SEMER), que se celebra en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína durante los días 26 y 27 de octubre. Bajo el lema Imagínate que puedes, más de 300 médicos de residencias de todo el Estado van a debatir los principales problemas que afectan a su colectivo y al de los ancianos. También se tratará la necesidad de contar un mayor reconocimiento social y profesional ante los profesionales, la sociedad y las administraciones públicas. La presentación del Congreso ha sido realizada por Alberto López Rocha, presidente de la SEMER, Arantza Pérez, presidenta del Comité Organizador del congreso, e Iñaki Artaza, presidente del Comité Científico.
En palabras del presidente de la SEMER, el Congreso persigue varios objetivos. Entre ellos destacó que la cita quiere ser un foro abierto a la sociedad en general para dar a conocer la labor de la SEMER y más concretamente, el fin que persigue esta sociedad científica que no es otro que dar una mejor atención al anciano, y formar al profesional que le atiende.
Otro objetivo que persigue este congreso consiste en mostrar las inquietudes de los médicos de residencias respecto a la Ley de Dependencia y la necesidad existente de que la baremación de los mayores dependientes institucionalizados sea realizada por los médicos de residencias puesto que realmente somos los que estamos encima de ellos cada día y conocemos perfectamente la evolución de su estado de salud, manifestó López Rocha.
Tal y como aseguran el médico de residencia vive un poco aislado, al no tener en la mayoría de las ocasiones, otros compañeros para compartir, dentro del propio trabajo, las inquietudes o dudas que le puedan surgir, como pueda ocurrir en otros centros asistenciales, como centros de salud u hospitales. Por ello, este congreso se celebra con vocación de servir de punto de encuentro para todos y todas.
Importante labor social y sanitaria
Los médicos de residencias son unos grandes desconocidos en los ámbitos de la sanidad y de los servicios sociales. Su labor en el seno de las residencias de ancianos permite que unos 300.000 ancianos en todo el Estado gocen de una asistencia sanitaria personalizada e in situ.
Sin embargo, algunos estamentos como la Administración pública nos considera todavía como unos profesionales más orientados al aspecto social que al sanitario; pero de hecho nuestra capacidad y actividad diaria demuestran que somos muy sanitarios y multidisciplinares. Quitamos una cantidad de trabajo impresionante a los centros de salud de la zona, aseguró Arantza Pérez, presidenta del Comité Organizador del congreso. Y es que los ancianos que están institucionalizados en las residencias son un tipo de pacientes que demandarían un tipo de atención prácticamente diaria para el centro de salud. Además, en la mayor parte de los casos, la atención conllevaría el desplazamiento del médico al domicilio del paciente con lo que eso supone: gasto de tiempo, de esfuerzo, y coste económico.
Valoración en alza
Debido a la importante labor que desarrollan los médicos de residencias en el sostenimiento del sistema sanitario y del sistema socio- sanitario, la valoración de los médicos de residencias está cambiando en nuestra relación con el resto de compañeros, las administraciones y la sociedad en general, afirmó Arantza Pérez. En los últimos años se ha notado un cambio. Nuestra relación con los profesionales del hospital de referencia o con las especialidades de los ambulatorios suele ser muy buena, porque conocen lo que hacemos y saben que estamos muy bien formados.
Y es que el médico de residencias no solo cura, sino que también cuida. Evalúas todas las esferas de la persona: lo que es físico- médico, lo que es psíquico, la parte social, y la parte funcional. Eso implica ser capaz de resolver patologías agudas y, dar unos buenos cuidados paliativos cuando se llega a patologías crónicas y, llegado el caso, proporcionar las condiciones para que el paciente pueda tener una muerte digna.
Ancianos y autonomía
La labor de los médicos de residencias también se orienta a recuperar la funcionalidad del anciano y mantener a la persona el mayor tiempo posible funcionalmente activa. En pueblos pequeños, en ciudades no muy grandes o por barrios, una residencia para válidos implica que la gente mayor que vive sola en casa por diversas circunstancias pasa a recuperar y mantener la funcionalidad mucho más tiempo.
Porque al mayor, cuando vive solo, la noche se le hace eterna, el miedo a la noche al final les paraliza, y empiezan a no comer bien y a no dormir bien. Si se dispone de un centro que les permita hacer su vida de siempre, relacionarse con la misma gente, tener sus necesidades básicas cubiertas y aseguradas, y sentirse acompañado por la noche, se le va a mantener funcional a esa persona durante mucho más tiempo, apuntó Arantza Pérez.
Relación con familiares
Uno de los aspectos que se suelen dar cuando alguien decide ingresar a un familiar en una residencia es que el anciano, a veces, desarrolla un sentimiento de culpabilidad mal entendida porque sienten que les están abandonando; y esto es un error.
En las residencias se consigue que el familiar esté bien atendido, que reciba las necesidades y cuidados que precisa y, a la vez, que el familiar pueda seguir haciendo su vida. Hay que tener en cuenta que actualmente, se tratan normalmente supervivencias de veinte años. Si tu sabes que un familiar va a necesitar tu ayuda por un periodo de uno o dos años, todo el mundo está dispuesto a sacrificar una parte del tiempo de su vida; pero en demencias, que pueden durar veinte años o más, el cuidado constante, 24 horas al día, 365 días al año, es inviable.
Es en esta situación en la que la residencia consigue que ese cuidado esté bien dado, a la vez que la relación familiar se mantenga en buenas condiciones. Porque llega un momento en el que el cuidador principal está tan saturado que la relación con su familiar ya no es fluida, ya que él sólo se encarga del cuidado del anciano y no disfruta de su compañía. Estando en una residencia, eso se puede recuperar y el antiguo cuidador y su familiar pueden volver a disfrutar de su compañía.
Otra labor de la que se encargan los médicos de residencias es la de informar a los familiares de un anciano enfermo acerca de cómo va a discurrir la dolencia que éste padece. Un médico de primaria o un especialista, como puede ser un neurólogo, no tiene tiempo suficiente para explicar las patologías y su evolución con detenimiento. Nosotros tenemos una relación muy cercana con los familiares de los ancianos de nuestras residencias y nos encargamos de que comprendan bien el discurrir de la patología, porque eso va a influir, al final, en la salud del propio anciano.
El VII Congreso de la SEMER debate durante su celebración temas de gran importancia para la población anciana residencial como sexualidad, deterioro neurológico, nutrición, estreñimiento, hidratación, urgencias y asistencia sanitaria en residencias. También se tratarán temas que afectan directamente a la práctica profesional de los médicos de residencias como su relación con los centros de salud y hospitales y con las familias de los ancianos ingresados.