Efectivamente como ya hemos comentado anteriormente, tras el tiempo de Adviento y Esperanza, nos llegó la Navidad y cerrando ese tiempo de esplendor vivido en nuestros corazones, han llegado los Reyes Magos, dejándonos nuevamente a modo de regalo, una nueva entrega semanal de nuestro querido y admirado amigo José Miguel Núñez Moreno, SDB, que nos propone Estar Junto a Don Bosco y es que, el mes de enero, sin duda alguna es el mes de Don Bosco, aquel pequeño sacerdote de corazón grande que, sabía darse por entero
Cuando en 1841 celebra su primera Misa, Margarita, su madre al besar sus manos consagradas le dice Ya eres sacerdote. Acuérdate hijo mío que, comenzar a decir misa es comenzar a sufrir Si alguna vez llegaras al ser rico, óyelo bien, jamás atravesaría yo las puertas de tu casa
El sufrimiento y la pobreza. Fue el camino real que Juan Bosco recorrerá en sus cuarenta y nueve años de sacerdocio, siempre buscando almas, nada más que almas. Siempre se dio por entero, a sus muchachos, Don Bosco era todo corazón, un sacerdote pleno de carisma que, ilusionaba a todos. Fue padre y maestro de la juventud.
PALABRAS AL OÍDO AÑO II NÚMERO 30 SEMANA 2/2008
ESTAR JUNTO A DON BOSCO
Mis queridos amigos:
Un saludo cordial al inicio del nuevo año y mis mejores deseos de bienaventuranzas para todos en este 2008.
Comenzamos el mes de Don Bosco y es una estupenda oportunidad para acercarnos más a él y seguir descubriendo los tesoros de su persona, de su experiencia de Dios, de su proyecto liberador para los jóvenes, de su propuesta pedagógica siempre actual.
Ante el inicio de un año nuevo, Don Bosco solía aprovechar las buenas noches del 31 de diciembre para dar a sus chavales el aguinaldo, esto es, un recuerdo espiritual para el nuevo año. En 1859, comenzó de esta manera:
Mis queridos hijos, vosotros sabéis cuánto os quiero y cómo me he consagrado por entero a haceros el mayor bien que me sea dado. Ese poquito de ciencia, ese poquito de experiencia que he adquirido, cuanto soy y cuanto poseo, oraciones, fatigas, salud, mi vida misma, todo deseo emplearlo en vuestro servicio. Todos los días y para cualquier cosa podéis contar conmigo. Por mi parte, y como aguinaldo, me doy a vosotros por entero; será cosa pequeña, pero cuando os lo doy, quiero decir que nada me reservo para mí.
Sin duda, Don Bosco en estado puro. Palabras pronunciadas desde el corazón, llenas de familiaridad y afecto, cargadas de fuerza porque sostenidas con la experiencia que los propios muchachos tenían cada día de cercanía y cariño de parte del padre de la casa que no escatimaba esfuerzos para abrirles senderos de esperanza en medio de dificultades y sinsabores.
Todos sabían que Don Bosco no decía aquellas palabras para la ocasión. ¡Habían vivido tantas veces este darse por entero de aquel pequeño sacerdote de corazón grande!
Por eso aquellas buenas noches debieron abrigar el alma, tan al aire, de muchos de aquellos jóvenes desarrapados, desconcertados y sin demasiadas perspectivas. Había motivos para la confianza. Aquel cura se ocupaba de ellos como un padre bueno lo hace con sus hijos.
Para los jóvenes del Oratorio, estar junto a Don Bosco era una alegría. Uno de sus muchachos, de los que oyó tantas veces buenas noches como éstas, escribió:
Con frecuencia decíamos entre nosotros: ¡Qué gusto da estar cerca de Don Bosco! Quien puede hablarle un instante, enseguida se siente lleno de confianza (Juan Bautista Francesia).
¿Os dais cuenta! ¡Estar cerca de Don Bosco! De eso se trata también para nosotros. Acercarnos a Don Bosco, escucharlo, conocerlo, hacerlo nuestro. Volvamos a entusiasmarnos, siempre y en toda ocasión, con Don Bosco. Vivámoslo, vibremos con él, démoslo a conocer y entusiasmemos a muchos a que quieran vivir como él.
Es la experiencia de Miguel Rua:
He vivido al lado de Don Bosco por espacio de treinta y siete años Me impresionaba más observar a Don Bosco y estar junto a él que leer y meditar cualquier libro de devoción(Miguel Rua).
Estar junto a Don Bosco. Este es el mejor aguinaldo para este año. Nuestro padre nos recuerda, como en aquel lejano 1859: ¡Podéis contar conmigo!. El seguirá, desde el cielo, susurrándonos al oído la buena noticia del amor de Dios que como pan tierno y blanco sus hijos seguirán partiendo siempre entre los jóvenes.
Buena semana. Buen mes de Don Bosco. Vuestro amigo, José Miguel Núñez