Determinados desequilibrios emocionales pueden suponer un deterioro de la salud en general y de la salud bucodental en particular, con consecuencias negativas sobre los tratamientos odontológicos. La depresión esencial sólo se detecta a través de la disminución o ausencia de determinadas actividades mentales o conductuales. Tras el arreglo de los desequilibrios emocionales, la probabilidad de éxito del tratamiento odontológico es mayor.
Quizá no lo sepa, pero ya es posible que si va a un odontólogo acabe yendo también a la consulta de un psiquiatra. Ésta es una de las principales novedades que se han presentado en la cuadragésima segunda reunión de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) que se celebra en Bilbao. Y es una nueva práctica que respalda la evidencia científica.
El hecho es que se ha demostrado que en determinados pacientes, el impacto de un desequilibrio emocional puede condicionar la respuesta al tratamiento, tal y como asegura el psiquiatra Mikel Zubiri. Por eso, ya hay odontólogos que han establecido una entente cordiale con psiquiatras para que, antes de realizar, por ejemplo, una cirugía periodontal, si el paciente muestra algún signo o síntoma que apunte a algún desequilibrio emocional, el propio odontólogo le aconseja o sugiere pasar primero por la consulta de un psiquiatra para ayudar a que haya más probabilidades de realizar un tratamiento odontológico exitoso.
Y el asunto no es banal. Existe una relación directa entre desequilibrio emocional y salud. Por ejemplo, las viudas pierden más piezas dentarias que los viudos, y esto sólo se explica desde el entendimiento de que a una viuda, todavía hoy, le cuesta mucho más en términos generales reconducir emocionalmente la ausencia de su compañero, explica Ion Zabalegui, presidente del comité organizador de la reunión de la SEPA.
Se trata de un trabajo conjunto entre profesionales de distintas disciplinas y con una relación estrecha. Nuestro objetivo no es otro que el poner todo de nuestra parte para favorecer los buenos resultados del tratamiento, comenta Zabalegui.
Esta circunstancia no sólo ocurre en la primera cita con el dentista, sino que también se da en otros momentos de la relación con el odontólogo. Tal y como afirma Ion Zabalegui, hemos tenido casos en los que durante mucho tiempo un paciente se ha mantenido estable y controlado periódicamente en las revisiones y, de pronto, su salud bucal ha experimentado una notable bajada. Después de indagar, se veía que el descenso en su salud coincidía con circunstancias con un fuerte componente emocional para el paciente.
Dos estados emocionales que pasan desapercibidos: la depresión esencial y el estado traumático
La actuación de profesionales debidamente cualificados para el tratamiento de los pacientes derivados de la consulta del odontólogo a la de su compañero psiquiatra resulta fundamental. Normalmente, los pacientes derivados muestran dos estados emocionales silenciosos, que pasan desapercibidos, y que se acompañan de un mal pronóstico en el proceso patológico, explica Zubiri.
Estos estados son la depresión esencial y el estado traumático. El primero de ellos es una depresión sin expresión; es decir, hay una disminución o incluso desaparición de determinadas actividades mentales del paciente, como ausencia de sueños, ilusiones, pérdida de aficiones, etc. De este modo, debemos fijarnos en los síntomas negativos, o sea, los que no son evidentes y sólo se aprecian por su ausencia.
Algo parecido ocurre con el estado traumático. Según indica Zubiri, psiquiatra de la Escuela Francesa de Psicosomática, este estado se da cuando el paciente sufre la pérdida repentina e inesperada de un ser o una posesión muy querida, como se puede dar en la muerte de un ser querido o la bancarrota propia. En determinados casos, una vez desaparecido el estímulo el paciente desarrolla una actividad nueva y extraordinariamente intensa, que esconde detrás un desequilibrio emocional. No es ni más ni menos que lo que le ocurrió a Forrest Gump en la famosa película cuando se puso a correr de costa a costa tras el rechazo de su amor platónico apunta el psiquiatra.
A estos pacientes se les aplica un protocolo psicosomático y se les realiza una exhaustiva historia clínica, haciendo hincapié en aquellos elementos o circunstancias personales que debiera tener y no tiene. Tras ella, el experto la evalúa conforme a una compleja clasificación que permite colegir una perspectiva histórica del paciente: su pasado, situación presente y pronóstico de evolución de cara al futuro.
Tras el tratamiento del desorden emocional, los pacientes son remitidos de nuevo a la consulta del dentista para llevar a cabo el tratamiento odontológico con una probabilidad mayor de que éste se lleve a cabo de una manera satisfactoria, evitando que en el futuro, el problema emocional subyacente pudiera hacer mella en la salud bucodental en particular y en el estado general del paciente.