Alfonso Mateo Martín, coordinador del curso El cine: Miradas a la realidad. Introducción a la lectura crítica de películas. Taller de análisis cinematográfico, ha asegurado hoy que hay que desarrollar una conciencia analítica frente a los fenómenos audiovisuales, ya que nos enfrentamos a ello continuamente.
Este psiquiatra del Hospital de Valme, que también es profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla, pertenece al colectivo Universidad y Compromiso Social, que ha organizado el presente simposio en el Centro Cultural Olavide en Carmona, junto a la Secretaría General de Universidades de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa.
El cine, la televisión, Internet o las campañas de publicidad son algo habitual en nuestra vida, hasta tal punto que todo está condicionado en gran medida por la imagen, a veces de forma excesiva, puntualiza Alfonso Mateo. De esta forma, ha reclamado que los ciudadanos encuentren su propia capacidad crítica para poder posicionarse y establecer límites ante toda esta avalancha de información.
El coordinador ha asegurado también que los medios de comunicación tienen como aspecto positivo el hecho de ser portadores de información; sin embargo, ha advertido que pueden tener una vertiente negativa como método de propaganda y de manipulación de estados de opinión. Para ello, es necesario tener un criterio y saber discriminar lo que se ve.
Asimismo, Alfonso Mateo cree que la función del cine, al igual que la de otros medios audiovisuales, es vertebrar la sociedad, porque nadie se sustrae a la visión que nos ofrecen. Y es que vivimos en una época de pantalla total.
Con respecto a la situación del cine español, el psiquiatra piensa que vivimos en una época de retracción debido a que el cine español no está valorado lo suficientemente dentro de nuestras fronteras, algo que tiene que ver con las productoras, las salas, las expectativas de la audiencia, los gustos del público . Además, ha reconocido que los jóvenes cada vez van menos al cine porque el cine está en todos los sitios.
El sentido ritual que se tenía hace unos años de ir a ver una película en una sala oscura se ha perdido, pasando al salón, a la habitación, a la cocina Son miles las imágenes diarias que captamos, lo que reduce la atención selectiva por exceso frente a lo que se está viendo. Ese acto personal e íntimo se ha perdido, concluye el profesor.