Disponer de una estrategia común a nivel europeo contribuirá a reducir las repercusiones del cáncer y a acortar las distancias en cuanto a incidencia, mortalidad y supervivencia existentes hoy en los estados miembros de la Unión. Así lo afirmaba el Consejo de Ministros de Salud Pública de la Unión Europea, en su adopción de la resolución sobre reducción de la incidencia del cáncer aprobada en el mes de abril por el pleno del Parlamento europeo; un documento que fue objeto de debate ayer, en el marco del II Congreso Europeo de Pacientes del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, que se clausura mañana en Madrid.
María Antonia Gimón, presidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama, defendió ese documento, durante su participación en la mesa La influencia de los diferentes sistemas sanitarios en Europa en el acceso del paciente oncológico a técnicas diagnósticas y medicamentos innovadores, aludiendo a que la implantación de ese modelo redundaría en una mejora de la prevención, el diagnóstico precoz, los tratamientos, la atención sanitaria (incluyendo los cuidados paliativos) y la investigación. Es necesario - añadió- que, tal como recoge esa resolución, los estados miembros corrijan las causas por las que existen diferencias en cuanto a las tasas de supervivencia en la mayor parte de los cáncer en Europa porque, no en vano, cada año se registran millones de nuevos casos de cáncer, que es causa de más de un millón del total de los fallecimientos en la UE (la mayoría por cáncer de pulmón, colorrectal y de mama).
El texto aprobado por el Consejo de Ministros de la Unión Europea plantea, asimismo, la necesidad de la
organización de equipos oncológicos multidisciplinares, que se facilite un tratamiento individualizado a los pacientes, se mejore la formación y aprendizaje permanente de los profesionales de la sanidad y que se reconozcan las necesidades psicosociales de los enfermos de cáncer. Se recuerdan, por otra parte, los derechos del paciente, fundamentalmente el derecho a la información, y la conveniencia de que los enfermos participen con su experiencia en la elaboración de las políticas sanitarias.
Tal como han mostrado estudios recientes, la desigualdad en el acceso a técnicas y tratamientos innovadores existe. El profesor José María Martín Moreno, catedrático de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Valencia y Asesor del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas Sanitarias, señala que las evidencias generadas a partir del Estudio Comparación Global del acceso de los pacientes a las terapias oncológicas del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) o las investigaciones del Imperial College de Londres (Reino Unido) muestran esas relativas desigualdades en el acceso a técnicas y tratamientos novedosos entre los países
europeos. En el campo oncológico - añade- la asignación de recursos públicos para los diagnósticos y
los tratamientos más innovadores varían, al igual que lo hacen los diversos procesos de aprobación y los criterios para la cobertura de esas prestaciones.
Cuando el debate se centra en España, los pacientes muestran cierta preocupación por el hecho de que
la gestión territorial pueda acarrear diferencias en cuando a los servicios disponibles para los pacientes. Los datos de los que disponemos hasta el momento - que provienen de un estudio de 2007, apunta este experto- nos hacen pensar que, a pesar de la relativamente ágil incorporación de tratamientos oncológicos, se observan diferencias en cuanto a los recursos y composición de los arsenales terapéuticos disponibles para hacer frente a la enfermedad en función del emplazamiento geográfico. La Federación Española de Cáncer de Mama, con representación en el Comité de Seguimiento de la Estrategia Nacional del Cáncer del Ministerio de Sanidad y Consumo, por su parte, ha manifestado esa inquietud de que puedan, efectivamente, existir discriminaciones por el hecho coyuntural de la residencia territorial. Creemos - explica su presidenta- que deben existir políticas sanitarias coordinadas y un catálogo de prestaciones homogéneo para evitar esas posibles divergencias; esta
coordinación, exigible a nivel nacional, también es extensible al ámbito de la Unión Europea.
En el ámbito particular del cáncer de mama, María Antonia Gimón defendió la existencia de los mencionados equipos multidisciplinares en los centros hospitalarios y a la aplicación de tratamientos integrales y de calidad durante todo el proceso de la enfermedad. Ello incluye - añade- no descuidar el tratamiento del linfedema, una de las secuelas físicas más comunes, el apoyo psicológico y la situación social y laboral que puede derivar de padecer un cáncer de mama.
La Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA) representa a 33.000 mujeres afectadas por esta patología y, como entidad sin ánimo de lucro, trabaja al servicio del colectivo de mujeres con cáncer de mama,
desde su constitución, en el a ño 2000. A día de hoy, FECMA está consolidadacomo referente en el apoyo y la ayuda a las mujeres que padecen cáncer de mama y todas las actividades que lleva a cabo tienen, entre otros objetivos, insistir en la decisiva importancia de la detección precoz de la enfermedad y apoyar los esfuerzos vinculados a esta patología en los ámbitos de la sanidad y la investigación.
Como grupo de autoayuda, FECMA atiende a los problemas que sufren las mujeres con cáncer de mama, ya sean de tipo físico, psicológico, social o laboral, prestando especial atención a las secuelas derivadas de la enfermedad. En este sentido, FECMA ha llevado a cabo un estudio sobre las implicaciones laborales del cáncer de mama con el objetivo de llamar la atención sobre la influencia de la enfermedad en algunos casos en el trabajo y en las posibilidades de proyección profesional. Asimismo, la Federación se plantea como objetivos prioritarios la formación, divulgación e investigación en todo lo relacionado directa o indirectamente con el Cáncer de Mama.