Los síndromes mielodisplásicos, también llamados preleucemia, son un grupo de enfermedades por las cuales la médula ósea, ese tejido esponjoso situado dentro de los huesos grandes del cuerpo, no produce suficientes células sanguíneas sanas. Esta enfermedad puede afectar a los tres componentes principales de la sangre, es decir, a los glóbulos rojos (transportan oxígeno a todos los tejidos del cuerpo), a los glóbulos blancos (combaten infecciones), y las plaquetas (permiten que la sangre se coagule).
Con el fin de arrojar luz sobre algunas cuestiones relacionadas con esta patología hematológica, el doctor Guillermo García Manero, profesor asociado de Medicina en el departamento de Leucemia de la Universidad de Texas, M.D Anderson Cancer Center, ofrecerá una charla -bajo el título Presente y futuro del diagnóstico y tratamiento de los síndromes mielodisplásicos- hoy jueves 26 de marzo a las 18.30 horas. El acto, organizado por la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao y el servicio de Hematología de los hospitales de Basurto, Cruces y Galdakao, tendrá lugar en el Salón del Colegio Oficial de Médicos de Bizkaia (calle Lersundi, 9- 6º).
El doctor García Manero abordará tres cuestiones fundamentales de los síndromes mielodisplásicos. En primer lugar, los aspectos epidemiológicos de la enfermedad, a continuación las bases moleculares de la misma con sus diferentes clasificaciones, y por último, los nuevos tratamientos y los problemas que estos presentan.
Incidencia, diagnóstico y factores de riesgo En Estados Unidos, y en la población occidental en general, se calcula que entre tres y cuatro personas por cada cien mil padecen síndromes mielodisplásicos. No obstante este porcentaje aumenta considerablemente si atendemos sólo a la población mayor de 60 años, en esa franja se estima que entre 30 y 40 personas de cada cien mil sufren esta enfermedad, asegura García Manero.
El síntoma principal de esta patología hematológica es la anemia (provocada por la insuficiencia de glóbulos rojos), que se refleja en cansancio y fatiga permanente. También es posible que el paciente presente hemorragias sin razón aparente, aparición de moretones con facilidad (causados por un número de plaquetas inferior a lo habitual), o infecciones que no se curan (debido a una insuficiencia de glóbulos blancos en la sangre).
Estos síntomas deben ser la señal de alerta para que una persona acuda a su médico. Después, si éste lo considera necesario, se realizará una biopsia de la médula ósea. Será esta prueba la que determine la presencia de un síndrome mielodisplásico, subraya el experto.
En cuanto a los factores de riesgo el principal, y contra el que poco se puede hacer, es el envejecimiento. Aunque también hay algunos estudios que indican que hay una mayor prevalencia entre personas que han estado expuestas a compuestos químicos como el benceno o sus derivados, gente que ha trabajado en la industria petroquímica y en gasolineras, asegura el conferenciante.
Aspectos terapéuticos Aunque en muy pocos casos se puede hablar de curación, sólo en algunos casos en los que se realiza trasplante de médula ósea, una práctica todavía hoy muy arriesgada, y más aún en personas de edad avanzada; se puede afirmar que ha habido grandes avances en el tratamiento de los síndromes mielodisplásicos. Existen diferentes grupos de pacientes, de alto y bajo riesgo, pero, generalizando, se puede afirmar que con los nuevos tratamientos es posible doblar la esperanza de vida de algunos pacientes, y mejorar mucho su calidad de vida.
También es cierto que, siempre teniendo en cuenta que el pronóstico de le enfermedad varía dependiendo del grado de afectación y la edad del paciente, los nuevos fármacos también traen consigo nuevas complicaciones que actualmente los expertos están investigando.
En cuanto a las diferencias en los tratamientos entre Estados Unidos, país donde ejerce, y Europa, el doctor García Manero asegura que la única diferencia es que tal vez en Europa exista un pequeño atraso en lo que a aprobación de algunos fármacos se refiere. En Estados Unidos estamos trabajando ya con algunas drogas que en Europa todavía no se usan, pero el nivel de los facultativos es en ambos sitios muy alto.