Una buena noticia sin duda para todos los vecinos/as de la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río, es por la rehabilitación del Retablo de Santa Ana, la Virgen María y el Niño, así como por la puesta en valor y recuperación del patrimonio local.
La parroquia de la localidad de Santa María de la Asunción, se ha propuesto a recuperar un bien patrimonial de primer nivel que atesora desde la segunda mitad del Siglo XVI , el retablo de Santa Ana, del maestro imaginero flamenco Roque Balduque que fue originario de Bois-le-Duc localidad de Brabant (Bélgica), de la que se deriva su apellido Balduc, luego españolizado Balduque, en todo caso se sabe que ya residía en Sevilla en el año 1534. Con pinturas a tribuida a Luis de Vargas de la localidad pacense de Almendralejo entre 1502 y 1506, que se formó con su padre el pintor Juan de Vargas; pasó muy joven a Italia, donde pasó la mayor parte de su vida.
El proyecto, impulsado por el párroco Fernando Reyes Rico, cuenta con el respaldo de una comisión de fieles que recauda donativo, para lo que Juan José Chamorro Jiménez y un equipo de colaboradores llevan “año y medio recorriendo las calles recaudando dinero”, para asumir la intervención que se valora en más de 35.000 euros y ha posibilitado que dos profesionales de Bellas Artes como Jorge Anillo Rodrigo, Graduado en conservación y Restauración de Bienes Culturales en sus instalaciones en la zona industrial de la localidad denominada “La Cruz Chiquita”. Y Manuel Mazuecos García Escultor-Restaurador Ilipense que tiene su estudio en el parque empresarial de “Arte Sacro” en el barrio,sevillano de San Jerónimo.
Es el único tabernáculo o retablo que confluyen el renacentista y el neoclásico, que se conserva de Roque Balduque que cuenta con el documento de contratación de existencia en el siglo XVI.
Este altar que aúna la espiritualidad Nórdica con la forma Italiana, tuvo enorme repercusión en la escuela sevillana. Esta representación se compone con la bella imagen de Santa Ana, con un libro en su regazo y sentada a su lado junto a la Virgen María con el niño Jesús en su falda y ofreciéndole al niño Jesús su nieto una pieza de fruta.
El incalculable valor de esta obra retablística motivó su traslado a la Exposición Iberoamericana del año 1929, argumenta Jorge Anillo, que en base a los datos que han tenido acceso aseguran que en este tiempo desaparecieron las tres coronas de plata de las imágenes que son motivo central de esta obra.
Este altar retablística lo contrató el cura de la parroquia Bartolomé Ximenez el 13 de mayo de 1557 por 57 ducado.
Una inscripción en el banco del retablo tabernáculo, tintada en castellano antiguo de la hornacina que reza así: “Este retablo de Señora Santa Anna mando facer el muí reverendo señor Bartolomé Ximenez cura que fue desta iglesia. Acabose año de mil i quinientos i cincuenta i ocho años”.
Por su parte las hermandes de Glorias y Penitenciales, junto a Caja Rural del Sur y la Cooperativa local de Productores del Campo también participan en la financiación de la intervención.
Fotos Antonio Rendón Domínguez