Liebre, con 647 kilos, fue aplaudido de salida. Bravo y con clase en varas, empujó humillado y tomó tres puyazos a distancia, arráncandose pronto y al galope. Alberto Aguilar brinó al público y citó desde la segunda raya, en el tercer muletazo por el derecho se le metió por dentro y le contusionó la pierna produciéndole una cornada interna. El torero se dolió pero volvió a la faena por el mismo pitón y con las mismas dificultades. Cogió la izquierda e instrumentó varias series, pero por el derecho el toro embistió con mayor profundidad y clase y fue entonces cuando la faena adquirió importancia. Mató de estocada caída y atravesada. El toro fue premiado con la vuelta al ruedo y el torero saludó una ovación cerrada.
El tercero también fue aplaudido de salida. Tuvo calidad en la embestida. Pérez Mota firmó series cortas por ambos pitones y fue volteado al entrar a matar por segunda vez. El sexto fue otro buen toro que humilló y tuvo mucha fijeza. El público le recriminó al torero una faena demasiado breve para la condición del animal. Volvió a pinchar antes de dejar una estocada tendida. Ambos toros escucharon una gran ovación en el arrastre.
El cuarto, que fue noble, fue aplaudido en el arrastre. Fernando Robleño realizó una faena larga, sin que terminara de conectar en los tendidos. Posteriormente falló con el descabello. El primero, de la ganadería de San Martín, amplio de sienes y alto fue desrazado y lo pinchó.
Asistencia: 14.134 espectadores