Jesús Mariñas ha sido testigo de excepción de la historia social de España de los últimos cincuenta años. Por primera vez, con la ayuda del periodista Pedro Narváez, nos ofrece en Jesús por Mariñas un recorrido de los personajes a los que ha conocido y tratado en su larga de carrera profesional, desde Julio Iglesias a Rocío Jurado o su admirada Montserrat Caballé.
Así, nos revela que el rey Juan Carlos le llamaba para interesarse por lo que decían de él o que la duquesa de Alba le despertaba a las seis de la mañana para estar al cabo de la calle. Porque Mariñas ha conocido de cerca a todos los famosos «de verdad» que reinan en las revistas del corazón y sus crónicas han marcado las conversaciones hasta en los cenáculos del poder. Si Mariñas no fuera de verdad, no nos interesaría. Para qué perder el tiempo con otro impostor. Ya forzamos demasiadas sonrisas. Pero este sinvergüenza tiene asuntos que vomitar aunque sea a trocitos, como comprobarán. La historia de un país puede contarse de muchas formas. Hay tantos relatos como eminencias dispuestas a darles forma. Por eso también interesa qué tal ejerce Mariñas el papel de historiador sin el manual de lo políticamente correcto a mano. Sus crónicas son una manera de destripar una sociedad. Mariñas está en su mejor momento, el del recuerdo de lo que fue y de lo que vio. Si un periodista merece que alguien le ponga una alcachofa en los morros ese es él, quién si no.