Llegó agosto y con él los cultos en honor a la patrona de Sevilla y su Archidiócesis, entre los que se recupera tras dos años la procesión del 15 de agosto. Cientos de fieles y devotos acudieron este jueves al primer día de besamanos a Nuestra Señora de los Reyes, en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.
En la tarde del 4 y en la mañana del 5, con entrada por Puerta de Palos, tuvo lugar el primer besamanos, donde continuará sustituyéndolo el beso por una reverencia. El horario del primer día fue 18 a 22 horas, mientras que el segundo estuvo comprendido entre las 9 y las 14 horas.
Para esta ocasión, la Virgen ha sido ataviada como siempre por las Hermanas de la Cruz con un manto confeccionado a partir de piezas de un capote de paseo de Salvador Guardiola Domínguez de Fantoni, color salmón con bordados en oro, y con la saya realizada por las hermanas del Espíritu Santo, con encajes de oro del siglo XVIII. Su repertorio de joyas lo componen la corona de filigranas de oro, la antigua de salida, una obra realizada por Manuel González Rojas en 1876, y el pecherín de amatistas.
La patrona se presenta colocada sobre una peana y levemente retrasada de su posición habitual, evitando así, en medida de lo posible, que los fieles caigan en la tentación de aproximarse a besar las manos. Este gesto ha sido sustituido desde la llegada de la pandemia por una inclinación de cabeza o una genuflexión. El altar se encuentra exornado con alstroemerias, azucenas y hojas de eucalipto, en jarras repartidas por toda la Capilla Real.
La asociación de fieles ha habilitado un circuito para facilitar el acceso ordenado al besamanos. A la salida, quien lo desee puede detenerse ante la mesa petitoria donde se ofrecen gran variedad de productos personalizados de los patrones de Sevilla, la Virgen de los Reyes y el Rey San Fernando. Desde estampas a medallas, pasando por libros o el cartel de la salida procesional de este año.
Foto Antonio Rendón Domínguez