Cada año por estas fechas, el Ayuntamiento de Chipiona y las asociaciones dedicadas a la protección del medio ambiente emprenden diferentes acciones dirigidas a concienciar a la ciudadanía para evitar el daño que se genera en los históricos corrales, artes de pesca milenarias que son una seña de identidad de la población.
Bernardo Vidal, presidente de la asociación de mariscadores de corral ‘Jarife’, entidad con más de 400 socios, ha explicado que este año, debido a los meses de confinamiento que hemos vivido y a la imposibilidad de bajar a la playa en ese tiempo, se ha detectado una recuperación de la vida de los corrales en general y de muchas de sus especies que ya solo se veían de tarde en tarde. “Sería una lástima que desaprovecháramos esa dinámica positiva, por no actuar con cabeza”, ha señalado.
Vidal ha destacado en entrevista para la radiotelevisión municipal que Jarife quiere que la gente disfrute de la playa y los corrales y lo que supone ese contacto directo con la naturaleza, pero hay que enseñar a los niños que los pequeños cangrejos y otras especies que capturan se acaban muriendo y que lo conveniente es devolverlos a su hábitat para que acaben reproduciéndose. En el mismo sentido, ha pedido que se evite el uso de las dañinas camaroneras, que no se partan piedras y que, cuando se levante alguna, se vuelva a colocar de nuevo en la misma posición que estaba para no perjudicar la vida que hay en ella.
“Queremos mantener para las próximas generaciones nuestra práctica de marisqueo tradicional y para ello tenemos que ser muy consecuentes con lo que estamos haciendo”, ha subrayado el presidente de los mariscadores chipioneros.
Bernardo Vidal concluye en los micrófonos de la radiotelevisión municipal que la mayoría de la gente está tratando de hacerlo bien, pero hay que tratar de concienciar a los que fallan, que son muy pocos.
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