El Grupo Municipal de IULV- CA en el Ayuntamiento de Cantillana (Sevilla) denuncia el evidente estado de ruina que presenta la iglesia del antiguo convento de San Francisco, edificio que data de principios del siglo XVII y que es uno de los más antiguos que se conservan en la localidad, pese a lo cual no aparece catalogado en el Planeamiento Urbanístico aprobado recientemente por el Ayuntamiento de la Villa en Pleno.
Miembros del equipo de Gobierno socialista han asegurado que técnicos de la Diputación Provincial de Sevilla visitaron el edificio concluyendo que carece de valor histórico- artístico, por lo que el Ayuntamiento ha manifestado su intención de no proceder a la restauración y está a la espera de recibir indicaciones de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para decidir el futuro del inmueble.
Mientras tanto, un grupo de vecinos apoyados por IULV- CA ha puesto en marcha una campaña de recogida de firmas para solicitar la restauración y rehabilitación de la antigua iglesia, así como su utilización para acoger eventos culturales. El antiguo templo es un sencillo edificio de una sola nave con techumbre a dos aguas.
Se da la circunstancia de que hace cinco años, el Arzobispado de Sevilla ya solicitó la demolición de la iglesia después de que el Ayuntamiento alertara al entonces titular del edificio sobre el riesgo que suponía para los viandantes ante un eventual desprendimiento de tejas u otros elementos de la fachada.
Un lustro después, la titularidad ha pasado al Consistorio cantillanero gracias a la cesión de Palacio a cambio de la restauración de la ermita de la Misericordia, pero la situación, lejos de mejorar, se ha agravado con el paso de los años, ya que no se ha ejecutado ningún trabajo de restauración. Simplemente, se ha vallado el perímetro en previsión de posibles accidentes.
El convento de San Francisco de Cantillana fue inaugurado en 1608, seis años después de que la Provincia Franciscana de Nuestra Señora de los Ángeles solicitara permiso a los Condes de Cantillana para establecerse en las tierras de su propiedad. Los religiosos permanecieron en la localidad al menos hasta la Desamortización de Mendizábal. Ya en el siglo XX, la nave que acogió en su día la iglesia conventual fue ocupada por el Ayuntamiento y utilizada como almacén municipal hasta hace sólo unos años.