La portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Sevilla, Alicia Martínez, criticó ayer el modelo de urbanismo «mercantilista» que, a su juicio, lleva a cabo el Ayuntamiento de Sevilla, después de que se conociera la reubicación de la factoría perteneciente a la multinacional cervecera Heineken, que se traslada desde Nervión hasta la barriada de Torreblanca.
En declaraciones a Europa Press, Martínez dijo que con esta operación «pueden verse cuáles son los resultados de la política urbanística del PSOE, gracias a la gestión del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) y a la firma de este convenio y unos 60 más, que han supuesto intereses al margen del interés general de los ciudadanos».
Según la portavoz popular, esta forma de hacer urbanismo está «muy lejos» de la «tolerancia cero a la especulación de la que hablaban los socialistas», así como de la «transparencia y participación», del «urbanismo social y participativo» y de «ofrecer a los sevillanos lo que necesitan», que, en su opinión, es «un modelo conjunto de ciudad, no un puzzle de convenios urbanísticos al amparo del PGOU».
Martínez, así, criticó el modelo para «hacer caja» e «ingresar suculentas cantidades de dinero a costa de distintos convenios, a raíz de recalificaciones que el propio plan ha generado», así como también lamentó la «complicidad» de IU, «que se posiciona en contra de estas actividades y prácticas poco participativas, y ahora participa de esta forma de gestionar urbanismo».
Olor a podrido
El portavoz del Grupo Andalucista en el Ayuntamiento de Sevilla y candidato a la Alcaldía de Sevilla, Agustín Villar, aseguró ayer que el urbanismo del equipo de gobierno socialista «huele a podrido», tras demostrarse el «pelotazo urbanístico en toda regla» derivado del convenio urbanístico respecto a la doble recalificación que ha permitido a Heineken el traslado de su fábrica de Cruzcampo a las inmediaciones de Torreblanca.
En un comunicado remitido a Europa Press, Villar recordó que el PA viene advirtiendo desde que tuvo conocimiento del convenio que el gobierno venía tramando «bajo cuerda» y sin «luz ni taquígrafos» este «pelotazo».
Para el portavoz andalucista, la venta de los terrenos de Cruzcampo en Nervión, que ha dado un beneficio de 329 millones de euros a esta multinacional, es el «broche final» de la operación diseñada por la corporación para «favorecer» a esta multinacional, un acuerdo realizado «al margen de los pactos alcanzados sobre el futuro PGOU y que destrozó el proceso de consenso y participación iniciado por los andalucistas».
«El urbanismo con rostro humano que pretendió vendernos el PSOE ha quedado reducido a un urbanismo oscuro, el del negocio fácil, rápido y dudoso», resaltó Villar, que manifestó que, si llega a la Alcaldía, pedirá a la Cámara de Cuentas la fiscalización de todos los convenios urbanísticos llevados a cabo por PSOE- IU, a la par que aseguró que «éste no va a ser el último pelotazo urbanístico que se conozca de la coalición maldenominada de progreso PSOE- IU, sino que seguirán revelándose muchos más».
Según Villar, y en contraposición con el urbanismo «sospechoso» del PSOE, la política urbanística de los andalucistas «ha pasado la prueba del algodón, y con nota, tal y como ha dejado claro el informe hecho público de la Cámara de Cuentas, en el que se asegura que todos los convenios urbanísticos desarrollados por los andalucistas no sólo se atenían a la legalidad, sino que exigían a las empresas prestaciones en favor del interés público».