La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una patología de difícil definición que afecta entre el 20 y el 44 por ciento de la población occidental. Pese al dato, su prevalencia en Asia y en los países en vías de desarrollo es creciente debido a la adopción de los estilos de vida occidentales, en los que la obesidad y el sedentarismo son fuentes de problemas sanitarios. Desde esta percepción, Miguel Bixquert, miembro del Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de Valencia y especialista del Servicio de Digestivo del Hospital Arnau de Vilanova (Valencia), expondrá mañana martes, 30 de enero de 2007, en la Academia de Ciencias Médicas de Bilbao, los criterios diagnósticos y terapéuticos que se manejan tras la definición de Montreal.
Habida cuenta su elevada incidencia, Miguel Bixquert entiende que resulta preciso considerar los efectos adversos que causa en el trabajo, tales como la disminución de la productividad en un seis por ciento. Además se considera que está en el origen del uno por ciento del absentismo laboral total.
En la última década, apunta el experto, se ha producido el reconocimiento gradual de que la ERGE varía en cada individuo afectado, que los enfermos con ERGE pueden sufrir un rango sintomático más amplio del pensado en un principio y que no todos los médicos están familiarizados con estos síntomas, lo que provoca que muchos pacientes con manifestaciones atípicas sean ignorados o incomprendidos.
A juicio de Miguel Bixquert, la ERGE aún es infradiagnosticada, toda vez que se detectan manifestaciones atípicas no reconocidas como ERGE ni por el paciente ni por el médico, lo que impide la continuidad de un tratamiento eficaz. Desde este punto de vista, el especialista considera importante mejorar el nivel de la Atención Primaria a la hora de reconocer rápidamente los síntomas de ERGE típicos y/o atípicos, así como la frecuencia e intensidad de los síntomas.
Asimismo, el conferenciante asegura que el especialista también se enfrenta con desafíos como que el enfermo es remitido tratado con IBP y tiene menor sensibilidad endoscopia. Además es difícil encontrar el nexo entre los síntomas atípicos y la presencia de ácido anormal.
Tal y como reconoce el encuentro de Montreal, resulta controvertido encontrar una definición ajustada, toda vez que la ERGE es, en realidad, un espectro de enfermedades. Además, la pirosis, por sí sola, no es un criterio suficiente para el diagnóstico de ERGE. Dada la incongruencia de las definiciones y de los métodos de diagnóstico resulta difícil determinar la prevalencia actual de la ERGE en población general.
La definición de Montreal fue realizada por un grupo de consenso multinacional compuesto por 44 expertos de 18 países diferentes que decidieron establecer la enfermedad por reflujo gastroesofágico como: La afección que se desarrolla cuando el reflujo del contenido del estómago causa síntomas molestos y/o complicaciones. Con esta nueva definición, la clave del diagnóstico se basa en la severidad y frecuencia de los síntomas y es el propio paciente quien debe determinar si son lo suficientemente molestos como para ver afectada su calidad de vida.
El experto considera que esta aproximación diagnóstica- terapéutica está centrada en el paciente y que el consenso está basado en evidencias Desde esta percepción, la ERGE puede ser diagnosticada en Atención Primaria, basándose en la frecuencia y severidad de los síntomas, reduciendo el número de remisiones al especialista para tests complementarios.
Así las cosas, la principal herramienta diagnóstica disponible para la ERGE es la Historia Clínica completa del paciente, tanto la clínica típica - mejor analizando los síntomas agrupados que aislados- como los síntomas asociados a clínica típica, los síntomas atípicos y las manifestaciones de alarma.