Cuando contaba con diez u once años, ante la falta de recursos en Chipiona, emigró junto con sus padres, al igual que otros muchos chipioneros a San Juan de Aznalfarache, donde trabajaron en la Fábrica de Abonos de dicha ciudad.
Cuando se encuentra haciendo el servicio militar, le coge el Movimiento Nacional y como consecuencia de ello pasa en el ejército los años de servicio que le correspondía más los tres años de la guerra civil en el frente de Ovejo en Córdoba.
Al término del conflicto vuelve a Chipiona y sigue trabajando en el campo hasta que en 1945 se le presenta la oportunidad de ingresar en Correos, donde en un principio ejerció como cartero único de Chipiona.
En 1947 contrae matrimonio en las Navas de la Concepción (Sevilla) con Esperanza Molero con la que convivió más de 55 años y tuvieron cuatro hijos, Eduardo, Juan Luis, Esperanza y Mª Regla.
Con motivo del nacimiento de su primer hijo en 1949 y por motivos de enfermedad, ante la necesidad de obtener Penicilina para la curación de éste y ser entonces el sueldo de cartero muy corto, deciden entre ambos dedicarse a la venta de tejidos, en un principio de forma ambulante y posteriormente creando su pequeño comercio en la calle Larga de Chipiona (en el piso de Miranda) que posteriormente pasaría a la calle Isaac Peral (Tejidos Molero).
A mediados de los años cincuenta cuando aún alternaba el trabajo de Correos con sus labores en el campo decidió de adquirir una maquina de envasar latas para conservar los productos perecederos del campo como los tomates, chícharos, etc., que cuando pasaban un tiempo después de la cosecha había que tirarlos o dejarlos en el campo. De esta manera la familia tenía estos productos en la despensa todo el año, algo que en aquellos tiempos y en Chipiona nadie había conseguido.
En abril de 1991, tras una larga trayectoria comercial recibió la III Medalla de la A.C.I. al trabajo.
A mediados de los años setenta forma parte de la dirección de la Hermandad del Cristo de las Misericordias en unión de Antonio Pablo Jiménez Gómez, Antonio Vega Morales y Ernesto Naval Romero, realizando entre otras cosas la restauración de la Imagen del Cristo de las Misericordias y de su Ermita que se encontraba entonces en un proceso de deterioro y abandono tan grande que era peligrosa la entrada al lugar, estando a punto de desprenderse el techo.
También formó parte en la creación de la Asociación de Cabezas de Familia de Chipiona (creada en abril de 1970) que por estos años tuvo una gran relevancia y en cierto modo era una de las pocas formas de hacer política desde fuera del Ayuntamiento.
Por los primeros años setenta del siglo pasado (13/11/1973), decidió presentarse en plena dictadura a las elecciones para concejales por el tercio familiar, en las que resultó elegido. En un principio formó parte del equipo de gobierno de Manuel Gutiérrez Amérigo llevando la concejalía de Educación y Cultura, en la que realizó una importante labor en unión de Justo Massot Fernández y Manolo Castro Miranda, en un primer momento organizando el Transporte Escolar de los niños de Chipiona al Instituto de Sanlúcar de Barrameda (años 1971 a 1977, periodo durante el que no existía Instituto en Chipiona y muchos padres no permitían que sus hijos saliesen fuera de Chipiona para estudiar) y posteriormente en la consecución del primer Instituto de Chipiona en las instalaciones del antiguo colegio de la Barriada Camacho Baños.
Continuó en la corporación formada por Antonio Rodríguez Caballero, tras la dimisión de Manuel Gutiérrez Amérigo, hasta casi el principio de la democracia ya que unos meses antes de las primeras elecciones dimitió con todo el equipo de gobierno por discrepancias con el Gobernador Civil, quedándose el control del Ayuntamiento sólo en Diego Jurado y Pedro Cayetano Castro.
Eduardo Naval Blanco ha sido un hombre inquieto, trabajador, luchador, preocupado por su pueblo y por su gente