Un equipo dirigido por Juan Antonio Perez Vázquez, licenciado en Bellas Artes y profesor de Arte, además de hermano y capataz de la Soledad, está realizando este trabajo de pintura gratuitamente desde hace dos semanas y ya se encaminan a su recta final. Estos trabajos se enmarcan en la reforma de la capilla de la hermandad, construida en el barroco. Los trabajos consistirán en pintura de muros, renovación de la instalación eléctrica, restauración de los azulejos originales del XVIII, y pintura de la cúpula que hasta ahora estaba pintada de blanco.
Pérez Vázquez destaca que la cúpula probablemente tuvo en el barroco pinturas murales ya perdidas, que tampoco han podido ser recuperadas, debido al mal estado de los muros, la humedad y las capas y capas de pintura posteriores. "En las pechinas se han hayado tres estratos ditintos de capas de pintura, pero nada reconocible, queda tan poco y en tan mal estado que es imposible determinar qué había debajo". Este profesor de arte destaca que las pinturas probablemente hayan sido destruidas a lo largo de los siglos. Sí han encontrado inscripciones de 1773, probablemente de cuando se hizo la cúpula. "No hemos intentado recrear lo que habia porque eso no se sabe, solo hemos intentado que esté integrado en el entorno".
Para esta pintura se está usando pintura al agua acrílica especial para murales, que permite retirarla sin dañar lo que hay abajo en caso de que en el futuro se decida otra opción, como investigar las pinturas originales.
Preocupación por el estado de las cubiertas
Pero en estos días se mira con preocupación a los techos de Santa María, en la nave central y nave sur, por su creciente mal estado de conservación, teniendo en cuenta que la nave norte se hundió en 1993, sin milagrosamente, provocar daños personales, aunque si daños materiales.
Juan Antonio Pérez asegura que existe preocupación en los últimos años, por el mal estado del techo y el artesonado - una joya del XVI- desde hace años. La humedad, los desperfectos y filtraciones de la cubierta, la antiguedad de las maderas y la falta de reparaciones han provocado el mal estado de las cubiertas, por lo que la hermandad cree que será necesaria una intervención a medio plazo.
Para hacerlo posible ya han contactado con distintas administraciones públicas y los arquitectos del Arzobispado visitan el templo con regularidad para determinar su estado. "No es algo urgente, pero la preocupación existe" señala Perez Vazquez. La Hermandad destaca que no tiene fondos y que la titularidad del templo no es suya, sino del arzobispado. El templo de Santa Maria es una joya del mudéjar y el templo más antiguo de Marchena, del siglo XIV. "El siguiente paso sería hacer un estudio del estado de conservación que ya vale dinero, por eso estamos buscando financiación". De momento la hermandad no baraja cerrar el templo "no somos nosotros quien debemos decidirlo, pero si llega el momento que los técnicos lo deciden, tal vez se podria llegar al cierre, pero de momento no se baraja es posibilidad, porque no hay un riesgo inminente"