La Junta Directiva de la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música ha decidido, por unanimidad, conceder a Papitour, de Miguel Bosé, el Premio a la Mejor Gira de esta XIII edición de los Premios de la Música. Bosé recibirá el galardón durante la gala de los Premios, que este año se celebrarán el 12 de marzo en el Palacio de Congresos Manuel Rojas de Badajoz; un acto organizado por la Academia de la Música con el apoyo de la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura y la colaboración del Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (INAEM) del Ministerio de Cultura.
Papito surge como una celebración, la de los 30 años de imparable carrera musical de Miguel Bosé. Rodeado de grandes artistas, grabó este disco de duetos con las canciones más representativas de toda su carrera, álbum que ha sido de largo el más vendido en la España de 2007 y 2008. Del Papitour, una gira extenuante con un centenar largo de escalas que a Bosé le ha permitido despedirse, a lo grande, de esas dos docenas y media de canciones (Amante bandido, Los chicos no lloran, Linda, Como un lobo, Morena mía, Bambú, Nada particular, Manos vacías y un larguísimo etcétera) grabadas a fuego en la memoria colectiva de varias generaciones de españoles. Y latinoamericanos.
En total fueron cerca de 180 conciertos entre mediados de 2007 y la despedida, el 20 de diciembre de 2008, en Valladolid. De ellos, 114 tuvieron lugar en territorio nacional, pero otros 65 acontecieron lejos de nuestras fronteras, en 11 países distintos. En total, dos millones de espectadores (a muchos de ellos no les importó repetir) para caer rendidos ante el hechizo de un artista del que Carlos Marcos proclamó en El País que tenía una capacidad para reinventarse sólo comparable a la de David Bowie. Un ritual que, no por repetido concierto a concierto, dejaba un solo cabo a la improvisación. El mismo rotativo madrileño lo explicaba así en su edición del pasado 5 de diciembre:
Miguel Bosé es un caballero elegante incluso cuando nadie le ve. Son las seis de la tarde, no hay un alma en el Palacio de Deportes y hace un frío endemoniado, pero Papito domina todo el escenario envuelto en un gabán oscuro, luciendo planta serena e imponente a sus casi 53 primaveras. Comienza la prueba de sonido y en esta plaza tiene más mando que el Papa de Roma, pero no eleva la voz ni un decibelio para trasladar las órdenes a su equipo.
Este Premio de la Música es un colofón poco menos que obligatorio, la constatación de que el Papitour supo concitar pasiones y fascinaciones por cuantas plazas, pabellones, estadios y polideportivos se dejó caer. Bosé atesora nuevas canciones que comenzará a preparar y dar forma durante la segunda mitad de este 2009. Una cosa es segura, a tenor de la experiencia acumulada a lo largo de estos 32 años: cuando llegue ese decimoséptimo trabajo en estudio, a nadie le resultará indiferente.