El joven empresario sevillano Javier Villanueva, que estuvo tres años preso en Bolivia por un crimen que no había cometido, ha contado esta experiencia en "Javier Villanueva. La verdadera historia" (Paréntesis) y ha asegurado que "es fácil incriminar, pero muy difícil demostrar la inocencia." En la presentación de este libro hoy en la Feria del Libro de Sevilla, Villanueva dijo que puede volver a Bolivia cuando quiera, pero que no lo hará por tener interpuesta una demanda internacional contra el Estado boliviano. "Volver a Bolivia sería como ir a primera línea de fuego sin chaleco anti-balas; puede que te hagan desaparecer o que te pongan droga en el coche", ha asegurado en la presentación del libro, del que es coautor con la periodista Inma Portalo. Villanueva recordó que, precisamente, su obsesión en el momento de regresar a España era salir de Bolivia sin nada, sin maletas, sin equipaje, para evitar trampas como que le colocaran algo en la maleta que pudiera incriminarle de nuevo, de modo que sus hermanos tuvieron que esperarlo en el aeropuerto madrileño con ropa de abrigo, ya que iba con lo puesto. El empresario ha asegurado que cuando se habla de injusticia en España no se designa lo mismo que la injusticia que se padece en países como Bolivia, donde ha señalado que en la cárcel ha estado con gente que llevaba nueve años por robar una gallina y que no tenían ni idea de cuando saldrían, mientras que otros que habían sido cogidos con una tonelada de cocaína salían en tres días. Inma Portalo ha asegurado que, tras los años de cautiverio y sufrimiento, Villanueva se ha convertido "en un referente para el país", en alusión a Bolivia, ya que los bolivianos eran conscientes de que era una cabeza de turno, así como del grado de corrupción institucional de su país. "Hasta dijeron que Javier era de ETA, con ese acento sevillano que tiene", ha recordado la periodista, mientras que Villanueva ha señalado que la tesis de sus abogados es que en el crimen que se le imputó, el asesinato de una fiscal, "están implicadas autoridades bolivianas". El caso de Villanueva "dejó en evidencia a gente con mucho poder", como Carlos Suvirana, que había sido ministro de Justicia "y que nos estuvo haciendo la puñeta", ha asegurado la periodista, que siguió el caso desde el principio, mientras que Villanueva ha recordado al padre de la fiscal asesinada, juez que también le persiguió injustamente. «Hasta dijeron que Javier era de ETA, con ese acento sevillano que tiene», ha recordado la periodistaTambién recordó los motines, fugas, asesinatos que vivió en la cárcel, cómo fue torturado y hasta cómo oyó en la televisión la noticia de su propia muerte -el preso asesinato se llamaba Javier Villalobos, pero el noticiario dijo Javier Villanueva-. A la pregunta de qué consejos daría a alguien que emprenda una aventura laboral como él en un país como Bolivia, contestó: "Alejarte de las autoridades y de la policía".
