La crisis no solo está haciendo daño a los pequeños comercios en Triana. A esto hay que sumarle la dejadez, el abandono y la falta de limpieza que sufre el barrio más visitado por turistas y ciudadanos de la ciudad, que acuden al arrabal sevillano en busca de lo que últimamente carece. La situación que viven en Triana en los últimos meses está llevando al cierre de muchos comercios, la suciedad que acumulan las calles y plazas está conduciendo a muchos vecinos y comerciantes a tener que resolver los problemas en los que se ven inmersos por su propia cuenta.
Marco Zapata, joven diseñador de 32 años abrió su taller de costura en 2007. Decidió iniciar su andadura profesional en el barrio en el que vive, para así contribuir a la riqueza de la economía del sevillano barrio, que gracias a emprendedores como Zapata, hacen que no desaparezcan negocios tradicionales que, poco a poco van colgando el cartel de se vende. Marco abría su tienda-taller en la calle Alfarería. En poco tiempo se ha convertido en uno de los diseñadores de referencia, para vestir novias y flamencas convirtiendo sus colecciones en una de las más esperadas por las sevillanas que, acuden desde cualquier rincón, buscando el exclusivo diseño de Zapata. Tras tres años diseñando y realizando trajes, el joven empresario ha decidido dar un impulso y embarcarse en la apertura de una segunda tienda para dar cobretura a la línea de costura de hombre. El pasado mes de julio alquilaron un local en la calle Callao nº 7. Cuando comenzó, junto a su socio, Juan José Díaz (encargado de la línea de caballero) a preparar el local para su apertura se encontraron con la sorpresa de la colación de tres contenedores de basura en la misma puerta del comercio. Aquí comenzó la odisea que vienen sufriendo desde hace dos semanas. El primer paso que dieron fue hablar con el propietario del local que interpuso dos reclamaciones y denuncias a Lipasam obteniendo como respuesta la negativa de la Empresa Pública de Limpieza a retirar los tres contenedores. Ante esta situación, Juan José Díaz continúa con los requerimientos y emprende una lucha por la retirada de los tres contenedores. Se dirige a la central de LIPASAM -en el Parque de los Príncipes- donde redacta una queja/sugerencia solicitando de nuevo la retirada a su correcta ubicación, explicando y detallando que los tres contendores no deben estar encima del acerado, ya que tienen su espacio construido en la carretera, fruto de las obras que se realizaron en el acerado del Altozano y las calles San Jorge, Callao y Castilla del pasado año. Al no obtener respuesta, comienza a llamar al teléfono de información para solicitarlo de nuevo, insistiendo todos los días desde hace dos semanas.
Por otro lado, ante la impotencia del silencio, se traslada al Distrito Municipal para interponer una reclamación y solicitar ayuda por parte del Ayuntamiento encontrándose con el cierre de las oficinas que no atienden hasta el 1 de septiembre. La ausencia del Delegado Municipal en las instalaciones y la de su secretario, que tiene su teléfono móvil apagado, le llevan a insistir, una y otra vez a LIPASAM su retirada. Reclaman apoyos de los vecinos y comercios y acuden a la Delegación de Medio Ambiente para comunicar que uno de los contendores se encuentra sobre una jardinera que ocupaba un naranjo que ha sido arrancado para ubicar encima el contenedor, talando el árbol sin ninguna consideración para colocar sobre él un contenedor de basura que desluce y ensucia la acera de una de las calles más concurridas y visitadas de Sevilla. Desde la Delegación de Medio Ambiente les comunican que esta situación es denunciable y que bajo ningún concepto debe ser su ubicación y traslada, así mismo, la reclamación a Sanidad para que estudien el caso.
Por motivos de espacio para aparcamiento de coches y motos, en los últimos meses, se ha procedido a subir los contenedores de basura y reciclaje a las aceras ante la nula intervención de las Administraciones y responsables de las empresas Públicas Municipales. Una costumbre que se ha extendido a diversas zonas. El patrimonio de Triana, que forma parte de la ciudad, cada vez está más deteriorado y sucio debido al desisterés de los departamentos correspondientes.
El viernes 14 de agosto, tras más de dos semanas de requerimientos y peticiones reciben como respuesta por parte de un técnico de LIPASAM que "la ubicación de los contenedores no se puede cambiar ya que ese es su sitio (sobre la acera) y que además no van a quitar plazas de aparcamientos de la carretera porque es zona de carga y descarga". Una solución que si han buscado para otros locales que se han encontrado con contenedores cercanos a sus negocios (especialmente bares y restaurantes) que han conseguido que se les ubique en otro lugar lejos de sus veladores.
Los empresarios Zapata y Díaz tienen la reforma del local paralizada. No pueden comenzar el arreglo y puesta en marcha del negocio mientras no les retiren los tres contenedores de la puerta. La indiferencia de los responsables y la incompetencia de los servicios municipales ante situaciones como ésta (muy habitual en Triana) les está llevando a tener que tomar la decisión de renunciar a la apertura del local y su posterior traslado a otra zona.
Esta es la ayuda y la preocupación de los responsables, gestores y delegados municipales que dan la espalda y ningunean a empresarios, que en plena crisis deciden abrir su negocio arriesgando un importante capital apostando y mirando por el desarrollo empresarial andaluz y nacional.