
Se encuentra esta localidad serrana en el límite noroeste de la provincia de Sevilla, a escasos kilómetros de las localidades de Monesterio (Badajoz) y de Santa Olalla (Huelva). Es, por tanto, lugar estratégico, y ha sido habitado desde el período Calcolítico, según revelan los restos encontrados en diversos yacimientos de la zona.
Para algunos autores, el origen de la población podría ser romano. Otros historiadores consideran que se trató sólo de un destacamento encargado de vigilar la transitada calzada que cruzaba su término. Más segura parece la teoría de que la villa nació durante la etapa musulmana, constituyendo por entonces una alquería, o aldea, perteneciente a la llamada Cora de Firrish (Cora de Constantina).
A mediados del siglo XIII es conquistada por las tropas cristianas, comenzando años más tarde una repoblación auspiciada por Alfonso X. Dos siglos después, los Reyes Católicos concedieron a la villa el Fuero Real, en agradecimiento a sus habitantes por la participación de sus milicias concejiles en la toma de Granada. De este fuero podría proceder su topónimo, que a lo largo de los años cambiaría en numerosas ocasiones, aunque manteniendo la misma raíz. Así fue llamada Real de la Sierra, Realera, Realejo, Real del Valle, Real de Monesterio La localidad perdió su categoría de villa de realengo a mediados del XVII, al vender el rey Felipe IV un gran número de tierras para sanear las finanzas de la Corona. De esta forma pasó El Real, como otros pueblos de la comarca, a ser villa de señorío, bajo jurisdicción de un rico asentista llamado Juan Ventura Tirado y Leiva.
CÓMO LLEGAR -Situación: A 82 kilómetros de Sevilla por la C-431 y la N-630. -Extensión: 162 kilómetros2. -Habitantes: 1.761.
DÓNDE QUEDARSE -En alojamientos particulares.
NO SE PIERDA -El castillo.
- Arquitectura militar
-El castillo Del siglo XIV data el castillo, de construcción cristiana, que desde una colina situada a unos 300 metros domina la localidad. Se emprendió hace unos años una primera fase de restauración, que todavía hoy no ha concluido. Se trata de un recinto amurallado de planta rectangular, construido con mampostería. Constaba de ocho torres y su perímetro sumaba algo más de 225 metros. En su interior puede observarse, tras la restauración, la doble escalera que facilitaba el acceso al camino de ronda sobre el adarve de las murallas. Asimismo, aún se abren dos entradas: una, la principal, al sur, orientada al pueblo, y otra, la de escape, al norte, hacia la sierra. Han desaparecido, sin embargo, la línea de almenas y el pavimento del citado camino de ronda, quedando sólo el empedrado original en una de las torres. Respecto al registro arqueológico, se han hallado muy pocos restos cerámicos o de hierro.
- Museos
-Museo de Ciencias Naturales Esta localidad cuenta con un modesto pero interesante museo de Ciencias Naturales. En el mismo se expone un gran número de ejemplares de la fauna de la comarca, disecados por el taxidermista Rafael Díaz Márquez, entre los que destacan las aves. Por otra parte, el museo muestra también un nutrido conjunto de piezas arqueológicas, encontradas en excavaciones realizadas en el castillo y el entorno del pueblo. Se compone de restos de cerámica, diversos útiles metálicos, monedas de diferentes épocas, hachas prehistóricas
Un zoológico en plena calle Diseminadas por las calles de este pueblo, se encuentran diversas esculturas, realizadas en cemento por el taxidermista Rafael Díaz Márquez, autor también de las disecaciones de animales que se exponen en el Museo de Ciencias Naturales. Así, dando un paseo por el pueblo, podemos cruzarnos con un jabalí, un lince o una nutria, especies propias de los espacios naturales de la comarca, sin temor a ser atacados.
- Edificios religiosos
- Iglesia de San Bartolomé Este edificio mudéjar corresponde al tipo serrano de arcos transversales, con tres naves, con cubiertas modernas, y capilla mayor con bóveda de nervaduras. Es del siglo XV, aunque con reformas en el XVI y el XVIII. En la nave lateral izquierda se abre una interesante portada, atribuida por su estructura y decoración al maestro Hernán Ruiz. Está formada por un arco de medio punto, con ménsula en la clave, entre columnas toscanas sobre pedestales que soportan un entablamento rematado por un frontón con jarrones. Las enjutas del arco contienen unos óculos, que presentan inscripciones. A los pies se abre otra portada, mucho más sencilla: aparece flanqueada por pilastras y rematada por una ventana. Sobre ésta se levanta la torre, compuesta por tres cuerpos rematados por un chapitel piramidal. Ambas datan de la segunda mitad del XVIII. En su cabecera figura un retablo mayor, de estilo barroco, compuesto por elementos de acarreo. En la hornacina central se encuentra una imagen del titular, San Bartolomé, que es también patrón de la villa, otra de San Antonio de Padua y una Inmaculada, ambas del XVIII. En el ático se sitúa un lienzo que representa a la Virgen de Belén, pintura dieciochesca copia de Cano. En el muro izquierdo del presbiterio se halla un Crucificado y una talla de la patrona de la villa, la Virgen de los Remedios. Una patrona marinera Nuestra Señora de los Remedios, patrona de la villa, goza de gran devoción no sólo entre los habitantes del Real, sino también entre los marineros. Tal vez esto explique una leyenda que se cuenta en el pueblo: ocurrió en un tiempo en que la imagen se encontraba en su ermita. Una mañana, la santera que cuidaba a la Virgen descubrió que su manto estaba empapado de agua, y su faldón lleno de arena. Sorprendida, comenzó a limpiárselo, sin entender qué había ocurrido. Pasaron varios meses y, cuando casi había olvidado el incidente, llegó un día al santuario un peregrino que dijo estar recorriendo todos lo lugares donde se veneraba a Nuestra Señora de los Remedios. Al ver la imagen que se veneraba en aquella ermita, estalló en sollozos. Cuando pudo calmarse, explicó a la santera que la Virgen le había salvado de un naufragio en alta mar extendiéndole su manto para conducirle a la orilla. El marino había recorrido muchos pueblos y había contemplado diferentes imágenes, pero sólo reconoció a su salvadora en la patrona del Real de la Jara.
-Ermita de Nuestra Señora de los Remedios Al comienzo de la calle de Cervantes se erige la ermita levantada en honor a la patrona del municipio, Nuestra Señora de los Remedios. Conserva gran parte de su trazado original, aunque en la actualidad se encuentra semioculta por otras edificaciones adosadas a su fábrica. La cúpula, sin embargo, permanece casi intacta.

