Medio centenar de periodistas se dieron cita en la tarde ayer ante las puertas de Radio Sevilla (Cadena SER) para mostrar su más enérgico rechazo al anuncio hecho público por el Grupo PRISA, en el que anunciaba un expediente de regulación de empleo que afectará a 2500 profesionales del grupo.
A continuación podéis consultar el manifiesto de los compañeros afectados.
"Los trabajadores de Prisa volvemos a salir a la calle para defender nuestros empleos frente a la pretensión de los que hoy dirigen esta gran empresa de plantear un ERE para eliminar 2.500 puestos de trabajo.La dirección del grupo ya ha anunciado que quiere externalizar tareas y despedir trabajadores y trabajadoras de un Grupo cuyas compañías, a pesar de la dureza de la crisis, son capaces de generar beneficios gracias al esfuerzo de TODOS. No entendemos un ERE que sólo se justifica para contentar a los nuevos inversores de Liberty y engordar los bonus de sus directivos a costa de enviar al paro a miles de trabajadores, a miles de familias.
Este sistema de capitalismo salvaje no sirve para construir ningún país. La mayoría de nosotros pensamos que los que hoy dirigen el grupo Prisa constituyen el verdadero problema, al haber perdido las señas de identidad de "la compañía" tras la muerte de Jesús de Polanco y mermado el prestigio de medios de comunicación que se ha construido en décadas. De momento su gestión ha desembocado en la insólita venta de Cuatro a Berlusconi, y el cambio en la parrilla de programación de CNN + por un Gran Hermano 24 horas. La actual situación financiera del grupo es responsabilidad de quienes cambiaron el código ético del periodismo por la dictadura de los mercados. Las deudas de PRISA no las han generado las plantillas de las empresas sino la incompetencia de sus directivos.
Estos días recordamos la valiente actuación de nuestros medios de comunicación en el golpe de estado del 23-F de 1981. Reivindicamos el mismo coraje para superar la crisis generada por la voracidad de la especulación financiera, la misma especulación financiera que practican para destruir nuestros puestos de trabajo. Por todo ello, nos plantamos ante la ignominia de una empresa cuyo primer ejecutivo pretende dar lecciones de honestidad, valentía y democracia mientras intenta deshacerse de 2.514 de sus trabajadores, tratando de disfrazar en un "plan de eficiencia" lo que no es más que el desguace del grupo Prisa.
Cebrián, rectifica"