Presentación.
Sobre mediados del siglo XIX se produciría un aumento considerable de la población en España y su concentración en grandes urbes en busca de un salario, falsificando el contacto con la vida, abandonando una forma de existencia en armonía con la naturaleza que se había dado hasta entonces. Por eso, el sistema que los españoles crearon para el desplazamiento del ganado iría quedando en el olvido.
Hoy nos toca recuperar parte del paisajismo de aquellos caminos abandonados. Para ello Luis Venegas como editor, el Taller de Obra Gráfica NORLER como estampador, los 32 artistas participantes y yo mismo, Ricardo Casstillo, presentamos esta colección de 32 grabados del Paisaje Andaluz por Canadas, Cordeles y Veredas en un intento de llamar la atención de los enamorados del Arte y la Naturaleza.
Durante el recorrido de la edición de grabados se añadirán algunas notas sobre Mitología y Simbolismo Vegetal en Andalucía.
Probablemente la ciencia se fundamentara al principio de los tiempos en el Mito y el Símbolo como forma de expresión. Pues sabemos que en el Mito se refleja tanto el pensamiento individual como la conciencia colectiva y que el símbolo aparece cuando la Naturaleza sufre algún tipo de agresión
Ricardo Casstillo
(Pintor)
El paisaje es el modelo visual o mental que cada individuo forma a partir de la experiencia personal ante un medio físico determinado. Cada uno lo ve, lo piensa, lo vive o lo siente, de un modo personal, único, intransferible. Eso hace que, a la objetividad del medio físico, siempre relativa y cambiante, haya que añadir la subjetividad de quien lo contempla o percibe mediante cualquier otro medio.
Andrés Luque (Profesor de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla)
RICARDO CASSTILLO
Se para en una acacia sola en una Cañada larga caminando Ricardo Casstillo, restaurando cabezas arrugadas, inventando verdes-hombres, camuflando brazos entre ramas, las espinas de la zarza entre las vainas de sus manos, como si encerraran las semillas del conocimiento de los oficios del arte, que pocos comparten, abriendo con éste del grabado un Cordel entre el campo y Triana, entre el lienzo y la plancha.
PEDRO SIMON
El grabado es dibujar el dibujo, o sobre la plancha directo: Dos maneras de herir de vida, crear nuevos surcos para convertir la plancha en un mapa de ríos de tinta, de veredas del sueño y en él confundirnos con el verde. El de Pedro Simón son calvas frondosas y extensas, de ahí extrae el árbol en forma de llama como si pensara que ilumina más la sombra de la cañada en verano. Su dibujo llameante nos recuerda a frondosidades perdidas, amores de otros tiempos.
ANTONIO SOSA
Si conociéramos todas las técnicas artísticas, las usaríamos para representar la naturaleza o para representarnos, como hace Antonio Sosa. Sabemos más de los Cordeles y Veredas los pintores que los pastores, porque el artista representa un trozo del acuerdo que firmó con su alma un buen día de otoño, cuando las cabras suben al monte para buscar entre el pedregal finas hierbas antes de ser encerradas en las trincheras negras que dejan sus líneas de tinta.
MAGDALENA BACHILLER
Como en un conocido cuento, va dejando gigantes migajas de paja Magdalena Bachiller para no equivocarse de Cordel cuando vuelva, y así poder unir dos grandes Cañadas: la Simbólica y la Mítica, la Real y la que se expide. Sabemos por su elaborado grafito que ya no está lo animal, pero que un día pasará por allí de nuevo y construirá sobre construido, limpiará su plancha hasta el entrapado, dejará su huella.
CURRO GONZÁLEZ
Las inversiones físicas son posibles y Curro González lo tuvo en cuenta en una interpretación ambigua y precisa a la vez. No es una contradicción, pues las raíces y las espinas representan dos caras, en principio opuestas, de una misma realidad. La contraposición y la ausencia de perspectiva evitan la fijación de un punto de vista único; y la nitidez de las representaciones lo exponen con claridad. Curro González introdujo en la composición un objeto ajeno al medio físico, un bastón con un ojo que todo lo ve. Lo situó en el margen, fuera de la asociación simbólica natural, de manera que se eleva sobre las raíces del medio físico y los contextos humanos asociados y las espinas que representan las dificultades establecidas en el discurrir de la vida y las relaciones. Es un paisaje infinito en el que todo es posible.
FEDERICO GUZMÁN
Federico Guzmán optó por la representación de la otra realidad del medio físico. Su acotación del paisaje por medio de una valla que contiene la masa vegetal, presenta una porción manipulada que adquiere una nueva condición con la inversión virtual de los volúmenes. La representación de las imágenes en negativo, mediante contrasiluetas de los elementos representados, los transforma en la apariencia de lo que no está.
La dimensión alternativa y su proyección en el plano llevaron a Federico Guzmán al límite de la abstracción. El paisaje que se ve no está y el que está, básico, bien simplificado, responde a las relaciones internas establecidas en el medio plástico y no a la interpretación directa de la realidad.
RUTH MORÁN
Las relaciones conceptuales de Ruth Morán son complejas. Las líneas abstractas, desordenadas y ágiles, originan una fuga en un medio físico concreto, ambiguo e indeterminado, que penetran hasta más allá de su incierta definición. El contraste de medios y la fuerza de los elementos, de las líneas, precisas, proyectadas hacia el interior de un espacio informe, potente, indican dos niveles naturales distintos y relacionados.
Ruth Morán propone recorridos sugerentes, personales, únicos, asociados a la proyección de cada línea, en un medio infinito, emotivo, que es preciso recorrer y atravesar expuestos a las luces y las sombras que le proporcionan ese carácter. No hacen falta la definición de los elementos naturales ni la presencia capaz de vivirlos, están representados de modo genérico, en un sentido mucho más amplio.
MANUEL SALINAS
Manuel Salinas proyectó un enorme plano sobre el espacio, vacío o no, pues lo oculta y no lo desvela, al que se sobrepone y en ningún momento anula, como se aprecia con la aportación de otros planos visibles en los márgenes, situados en distintos niveles, situación imposible sin tal definición. Es el espacio, el paisaje que no se ve, y que no se vea no quiere decir que no esté.
La abstracción del medio físico de Manuel Salinas se decantó por la presencia intelectiva de un paisaje desconocido, que está y no se sabe cómo es. La tremenda fuerza de los medios plásticos es proporcional a la potencia de cuánto puede contener, de cuánto podría ocultar, ¿o tal vez, en cualquier momento, mostrar?
DANIEL BILBAO
La experiencia de Daniel Bilbao ante el medio físico es la del especialista capaz de aunar lo visual y lo mental con la aparente facilidad de quien lo domina como algo natural. El punto de partida es la referencia física concreta, un paraje determinado, interpretado con las licencias que proporcionan los medios pictóricos, que intervienen como agentes creativos que lo transforman y convierten en instantánea subjetiva.
El camino rural refuerza la fuga diagonal e interior con la presencia de los postes y la correspondencia de los troncos de los árboles de los primeros planos, elementos verticales definidos y lineales, que aportan claves concretas imprescindibles en las relaciones visuales, pues enmarcan la dirección hacia la masa vegetal ambigua y difusa que cierra la perspectiva. La potencia de ésta y los fuertes contrastes de Daniel Bilbao, graduados y progresivos en su intensidad, asumen el protagonismo e indican la singularidad de los caminos rurales andaluces, tan reales como sugerentes.
FÉLIX DE CÁRDENAS
La cabra es un motivo recurrente del Arte Contemporáneo, de las vanguardias artísticas sevillanas y de la producción personal de Félix de Cárdenas. Se ha representado de muchos modos, tanto en lo que refiere a su realidad física como a los argumentos técnicos y estéticos desarrollados, desde perspectivas naturalistas y descriptivas hasta las singulares ópticas de las más diversas tendencias vanguardistas.
Félix de Cárdenas las plantea como símbolos de un paisaje apenas insinuado, ausente como realidad física concreta, presentido y vivido mediante las acciones, inadvertidas, de los animales. La ausencia de la línea de tierra y, en consecuencia, de una fuga definida, otorga protagonismo al plano y a la realidad específica de cada una de las cabras, las acciones y las escasas ramas. El contundente dibujo que perfila las figuras tiene correspondencia con las sutiles manchas y sombras que proporcionan un acabado realista dinámico, ágil, actual, con el que trasciende el ritmo circular sobre el fondo vacío.
PACO CUADRADO
Paco Cuadrado tiene en cuenta que los caminos, cañadas, cordeles y veredas de Andalucía son una parte importante de la realidad social del medio rural. Los rebaños y los pastores son una parte sustancial de ese paisaje, componentes fundamentales que le proporcionan una carga de sentido imprescindible para su configuración natural y existencia. Sin ese trasiego, que los justifica y les da sentido, no tendrían razón de ser.
El naturalismo de la composición, bien fugada desde la embocadura visual del camino, sinuoso, quebrado y adaptado al medio, hasta las casas rurales del fondo, desplazadas hacia un lateral en consonancia con la proyección interior y el doble quiebro diagonal de éste, asumen el ritmo contrario de las ovejas que ocupan el primer plano y del pastor que las guía y sigue. Los fuertes contrastes de luces y sombras de Paco Cuadrado unifican los ritmos contrarios y proporcionan nuevas claves en las relaciones plásticas, completando una composición narrativa directa, rotunda, contundente.
RAFAEL ZAPATERO
La modernidad del espacio simbólico de Rafael Zapatero, dividido en tres bandas yuxtapuestas con las líneas de tierra, formada por dos niveles consecutivos, el primero diáfano, iluminado y con la sombra de los árboles alineados en el segundo; y el tercero, reducido, informal, formado por trazos menos densos e igualmente intencionados, es tan sutil como la propia representación de esos elementos vegetales.
La iluminación alternativa establecida en los planos genera la sensación aérea de profundidad, sugerida, progresiva, irreal. La abstracción del primero, simplificado, básico, fugado con las sombras horizontales paralelas y en leves diagonales, sirve de base a la alineación de árboles, que cruzan en sentido transversal el segundo.
El racionalismo de esas relaciones y la ascendencia mística de la alineación trascienden los condicionantes naturales del medio físico, que Rafael Zapatero presenta como una nueva realidad concebida en la esfera intelectiva. Los atractivos y refinados contrastes de manchas, sombras y luces, asumen las premisas y completan la actualidad del discurso.