(EFE).- Durante la edad de oro de la medicina de Al Ándalus, la "más avanzada en el mundo conocido" en el siglo XII, transcurre la vida de Sarah Avenzoar, protagonista de "La última noche", V Premio Ateneo de Novela Histórica.
Su autor, Francisco Gallardo, explicó a Efe en una entrevista que Sarah Avenzoar, personaje real y nieta del histórico médico Abu Marwan Avenzoar, podía cuidar a las mujeres y niñas del harén gracias a la 'iyaza', un licencia para ejercer que solían tener los varones que vivían cerca de la mezquita.
En la época, pocas mujeres ejercían la medicina en Sevilla y Marrakech, donde se desarrolla esta historia, "una novela de mujeres" que muestra la "visión de una mujer desde el punto de vista del harén".
En el libro, explica su autor, "prima la historia de una mujer musulmana a finales del siglo XII, la realidad que vivía a través de sus ojos".
Era un "mundo dividido", con una "separación muy grande entre el mundo masculino y el femenino en todas las culturas y religiones".
"No quería que fuera una novela médica, he sacrificado muchos datos", explica Gallardo, un experto en la medicina de la época, a la que dedicó muchos años de investigación. El caso de Sarah Avenzoar es excepcional. "Había muchas curanderas en los arrabales, el pueblo era atendido por curanderos, ya que a la medicina en sí solo tenían acceso los nobles, especialmente los califas", explica Gallardo, que destaca que es así porque eran los médicos los que más conocimientos y experiencia tenían "contra la acción de los venenos". La ciencia médica de la época, "la edad de oro de la medicina de Al Ándalus y la más avanzada en mundo conocido", llegó a influir incluso en la universidad europea de los siglos XVIII y XIX, explica Gallardo, fundamentalmente porque "los árabes tradujeron prácticamente toda la medicina griega" y se enriquecieron de todo ese conocimiento. "No solo tradujeron, mejoraron los conceptos que recibieron", puntualiza Gallardo. Por ejemplo, el abuelo de Sarah, colaborador de Averroes, legó a la ciencia médica en la vida real "conocimientos anatómicos" muy difíciles de conseguir sin la práctica de la disección, que "estaba prohibida por la ley islámica". Gallardo, que se confiesa lector de escritoras árabes contemporáneas, explica que en 'La última noche', "en cierto modo y modestamente, quiso reflejar "esa tradición entre oralidad y palabra escrita", la "musicalidad" de la literatura árabe. EFE