"En el siglo XII Sevilla experimentó un desarrollo urbanístico sólo comparable al de la Expo de 1992".
FRANCISCO GALLARDO Médico y escritor, premio «Ateneo» de Novela Histórica.
Médico, especialista en Medicina del Deporte y sevillano -del barrio de San Lorenzo-, Francisco Gallardo comparte ambas cualidades con Sarah Avenzoar, la protagonista de «La última noche», la novela con la que ha ganado el V Premio «Ateneo» de Novela Histórica y que ayer presentó en Oviedo, en la librería Cervantes.
-Médico y escritor.
-Yo me considero autor. Escritor me merece mucho respeto y son los lectores quienes te otorgan esa categoría. Escribir literatura es muy difícil.
-En cualquier caso, ésta no es su primera novela.
-Publiqué mi primera novela, «El rock de la calle Feria», ambientada en la Sevilla de los ochenta. Es muy diferente de «La última noche». Yo pienso que el tema debe marcar el estilo.
-¿Cuál es el punto de partida de «La última noche»?
-Hace veinticinco años investigué la medicina en Al Andalus para la tesis de licenciatura, seguí adelante de manera más libre y reuní un material abundante, más narrativo que histórico. «La última noche» son las memorias de Sarah Avenzoar, que realmente existió y es la nieta de Avenzoar, el médico clínico más importante de Al Andalus con Averroes y Maimónides, que eran más teóricos. Sarah pertenecía a una saga de seis generaciones de médicos que servían a los almohades y los almorávides de Sevilla y Marraquech. Su madre también era médica de mujeres y niños.
-¿Cómo pudieron acceder a la medicina dos mujeres en el siglo XII?
-Lo hicieron porque pertenecían a una familia noble. En los arrabales, en tiempos de la Sevilla almohade, algunas mujeres practicaban el curanderismo. Medicina y curanderismo se mezclaban entonces. El propio Avenzoar, que era muy riguroso, adopta usos de la medicina popular. Magia, religión y medicina centífica iban de la mano.
-¿Quién era Sarah Avenzoar?
-Ella es testigo privilegiado de una época fascinante, en la que se están construyendo Sevilla y Marraquech. Sevilla no volvió a experimentar un desarrollo urbanístico como aquél hasta la Expo de 1992. Fue la época del alcázar, la Giralda... Los mismos arquitectos que construían en Sevilla lo hacían en Marraquech. Sarah vive todo aquello en persona, vive la edad de oro de la medicina en Al Andalus.
-¿Se sentaron entonces las bases de la medicina moderna?
-Los musulmanes de Al Andalus conocían toda la medicina griega, aumentaron aquellos conocimientos y los corrigieron. Contenía elementos de la medicina china e hindú. Era la medicina más avanzada del mundo conocido. Con la conquista de Al Andalus la medicina se reorienta a los monasterios cristianos. Averroes describió el parásito de la sarna sin microscopio, habló de entubar a los enfermos...
-Fue una época brillante.
-Desde luego, en el plano científico y cultural. Somos una fusión de culturas y la aportación árabe fue muy importante, sin olvidar la romana.
-Y volviendo a Sarah...
-Era una mujer independiente que se rebela contra el hecho de no poder acceder al conocimiento como los varones. En el harén del califa de Marraquech conoce la ilusión y el fracaso humanos y desarrolla la solidaridad hacia el resto de las mujeres.