Jesús de Vicente Sánchez, ingeniero agrícola, paisajista y auditor ambiental, en su despacho. - Estefanía González (Atese).
Jesús de Vicente Sánchez (Valladolid, 1954) estudió Ingeniería Agrícola y después Paisajismo y su vida profesional se puede distinguir claramente entre antes y después de la Expo 92. Encargado de la conservación de los jardines de la gran cita mundial, decidió montar después Tecnopaisajes Consultores, una empresa que ahora centra sus esfuerzos en el mercado internacional, donde se despliegan más oportunidades.
-¿Cómo fue su carrera hasta llegar a la Expo?
-En 1977 comencé a trabajar en una empresa de proyectos de riego por goteo. A lo largo de mi vida he llevado a cabo distintos tipos, como el diseño de parques, desde Isla Mágica hasta el Parque Tecnológico de Sevilla. Esta es la tercera crisis que vivo. La de 1975 fue muy dura, la gente se fue fuera y la empresa con la que trabajaba, que era líder del sector, quebró. Entonces decidí irme yo también. Como ingeniero agrícola experto en riego trabajé en Arabia, Venezuela y Nigeria. Cuando volví a España, me costó encontrar empleo. En 1987 me salió la oportunidad de hacerlo en la UTE de ingeniería y arquitectura formada por las más grandes del sector en la Expo.
-¿A qué se dedicó en la Expo?
-Desde ese año hasta 1993 estuve trabajando en esa UTE y era responsable de conservación de parques y jardines. Justo después viví la segunda crisis como trabajador. En esos años hubo un cambio social a nivel mundial tremendo, desde la caída de la URSS hasta la guerra de Yugoslavia. Cuando llega el momento de la crisis, las administraciones públicas, que son las encargadas de gestionar los activos que quedan de la Expo, se desentienden de las instalaciones, que podían ser foco de beneficios, pero las arcas estaban vacías. Fue entonces cuando un grupo de personas que trabajábamos allí fundamos una empresa para desarrollar ese mismo trabajo en otros lugares.
-¿Cuándo da su empresa el salto al exterior?
-Entre 2004 y 2005, cuando empezamos en Egipto, Túnez, México y Costa Rica, entre otros. El 80% del trabajo que hacemos se encuentra fuera y consiste en el diseño gráfico de espacios públicos, como parques, así como el de campos de golf. También trabajamos en la gestión de agua en zonas complicadas desde hace cinco años.
-¿Por qué deciden apostar por los mercados internacionales?
-Estábamos convencidos de que fuera estaba la solución, porque ya se veía que aquí se iba a venir todo abajo. Por ello, hace unos seis años fuimos seleccionando una serie de países e hicimos lo que muchas empresas tratan de hacer ahora: buscar y quedarnos con el cliente que confía en nosotros y viceversa, el que te paga. Teníamos siempre presente la búsqueda de la seguridad jurídica. Además, fuimos cambiando la forma de trabajar, con la introducción de internet como pieza fundamental. Contamos con una base de datos de más de 30 países y de 5.000 clientes.
-¿Cuáles fueron sus objetivos?
-África era uno de ellos. Yo ya había trabajado en Nigeria hace muchos años y vimos que el continente recibía el mismo número de turistas que España y su crecimiento es espectacular. Es una zona que ofrece muchas oportunidades a empresas en crisis, en sectores muy dañados como la construcción. Ya se están llevando a cabo compras por parte de empresas españolas en países como Marruecos o Uganda.
-Además, el turismo que se desplaza a África es de un nivel adquisitivo a tener en cuenta...
-Sí, lo que vivió España en cuanto a desarrollo del turismo en los setenta es lo que va a vivir África en los próximos años. Necesita instalaciones y comunicaciones y la mayoría de proyectos son públicos. En países como Mozambique o Senegal son los gobiernos los que promueven y, además, los ministros de turismo de estos países hablan directamente con las empresas de los proyectos. De los cuatro que tenemos allí, tres son públicos. Son iniciativas que ya no tienen cabida en España por la normativa y los condicionantes medioambientales, como los referidos a los campos de golf. Es un turismo que procede de Alemania, Noruega... de alto poder adquisitivo.
-¿Y qué otras zonas ofrecen oportunidades?
-Brasil, con el Mundial y los Juegos Olímpicos, es una gran opción. En cualquier caso, cosas que movimos allí hace unos tres años continúan frenadas porque hay mucha especulación. Otros mercados, como Emiratos, están muy parados en estos momentos.
-¿Qué es lo importante para mantener una empresa en pie?
-Seleccionar bien al cliente tanto allí como aquí, abrirse al mercado exterior y buscar, porque el empresario español está acostumbrado a que el cliente venga a la puerta de su casa. Y hay que ofrecer cosas distintas. Antes sólo hacíamos diseños de parques y ahora hemos ampliado el campo.
-¿Ha cambiado la forma de trabajar?
-Nuestro negocio se está enfocando según los clientes. Hemos llegado a un acuerdo con una constructora china para construir en África. China sigue creciendo y todas las empresas ofrecen financiación, por lo que son los clientes ideales para una administración pública. Corren con el 80% de la inversión de la obra, a pagar en 30 o 40 años a un interés bajo.
-¿Qué trabajos están desarrollando en España?
-Colaboramos con la Torre Pelli, ya que encima de las cubiertas de las oficinas están planteadas unas jardineras que hacemos nosotros. Trabajamos en Cartuja 93, ya que asumimos el mantenimiento de la jardinería. Además, contamos con un campo de golf en Arcos, aunque desde hace tres o cuatro años está todo parado.
-¿Hacen construcción?
-No. Sólo diseño de ingeniería, aunque a veces te piden la solución completa y colaboramos con más profesionales. De ahí el llegar a acuerdo con la constructora china.
-¿Qué proyectos importantes destacaría de su trayectoria?
-Entre otros, está el aeropuerto de Trípoli, al que vendimos el diseño completo, así como un conjunto de viviendas de lujo en Barhein. También le hemos hecho la casa al hijo del jeque de Abu Dhabi.
Trabajamos para la Casa Real de Jordania para hacer un parque y convertir el museo de la guerra en un espacio abierto para los niños. Ya en casa, hicimos las pérgolas de la Expo que en el momento fueron muy novedosas por el tema de la vaporización. En la actualidad, tenemos proyectos en África y también en México, Argentina, Brasil y Costa Rica.