Sevilla es una ciudad indisociable de la cerámica. Tanto que no pocas veces basta el recurso del mínimo fragmento de una pieza trianera para representar a la ciudad. Y ha llegado la hora oficial de la protección de ese antiguo vínculo. Por eso hoy, a las siete y media de la tarde, en el salón de actos de la Casa de Hermandad de la Estrella, va a ser presentada la Asociación Amigos de la Cerámica Niculoso Pisano.
Tenía que ser en Triana. Y tenía que ser además en la sede de una Hermandad que hace figurar entre sus titulares los de las santas Justa y Rufina, patronas alfareras. Desde Triana se revolucionó la técnica decorativa de los azulejos y se nos legó un catálogo importantísimo de obras cerámicas que ha sido referente para los ceramistas en los siglos posteriores.
Sus promotores son un grupo de ceramófilos, es decir, amantes de la cerámica y la azulejería artística, que son a su vez colaboradores de la página web retabloceramico.net., creada en mayo de 2007 para la divulgación de los retablos cerámicos devocionales y de la cerámica artística, que ha sido reconocida y elogiada por todos cuantos la visitan. La Asociación, a pesar de su corta andadura, ya cuenta con más de sesenta socios, residentes no sólo en Sevilla o en Andalucía, sino en otras regiones españolas como Levante y Castilla-La Mancha, donde la cerámica también tiene un papel relevante. Está abierta a todas las personas que estén interesadas en disfrutar, conocer mejor y divulgar el fascinante mundo de los barros vidriados, con independencia de su nivel de formación en este campo, así como a los ceramistas, industriales, empresas afines, docentes e investigadores.
Entre los fines principales de esta Asociación, aprobada con fecha 19 de febrero de 2013 por la Delegación del Gobierno en Andalucía, se encuentran los de velar por la conservación, defensa, estudio y divulgación del patrimonio histórico-artístico cerámico. Y la promoción, estímulo, apoyo y desarrollo de cuantas acciones culturales, educativas y de otra índole tengan relación con la cerámica artística y sean promocionadas por Instituciones, entidades, museos o particulares.
Resulta tranquilizador que se haya fundado precisamente en Sevilla una Asociación de Amigos de la Cerámica, con lo que puede tener de relevante para vigilar tantas zonas de una ciudad cuya fisonomía está hecha continuamente de cerámica, sin apenas largas soluciones de continuidad, más allá de un edificio a otro, de una manzana a otra, donde sólo el devocionario a base de retablos salpica constantemente nuestros más bellos rincones. Muchos de ellos han sentido ya el miedo a las agresiones tipo Plaza de España. Por ejemplo, el azulejo de un sitio tan bellísimo y céntrico como la Plaza del Museo, con la clásica y evocadora estampa de la Virgen de las Aguas a los pies del Cristo de la Expiración, lleva ya años protegiéndose con un metacrilato en previsión de ataques de gamberros. Pero hay más casos, todos los sabemos, de atentados intolerables al arte de Sevilla al aire libre.
Realmente es tal la convivencia del sevillano con la cerámica que todos debiéramos ser ceramófilos, amantes de la cerámica. Y, cómo no, defensores y protectores de sus deterioros. Pues no tiene precio crecer y vivir rodeados de su color, en azules o amarillos tan de Triana, que ha hecho un clásico de esos matices y cromatismos incomparables con el resto del mundo.
Estamos de enhorabuena, sin lugar a dudas. Y bien avalados por personalidades en la materia, veteranos y especialistas en el tema, como el presidente de la Asociación, Jesús Marín García; y un equipo con los nombres ni más ni menos que de Manuel Pablo Rodríguez, Martín Carlos Palomo, Andrés González Ladera, Alfonso García García y Antonio Entrena Aznarte.
La Asociación, a pesar de su corta andadura, ya cuenta con más de sesenta socios, residentes no sólo en Sevilla o en Andalucía, sino en otras regiones españolas como Levante y Castilla-La Mancha, donde la cerámica también tiene un papel relevante. Está abierta a todas las personas que estén interesadas en disfrutar, conocer mejor y divulgar el fascinante mundo de los barros vidriados, con independencia de su nivel de formación en este campo, así como a los ceramistas, industriales, empresas afines, docentes e investigadores.