En la parroquia de Sta. María de las Flores de Sevilla, se celebro el Besapiés del Cautivo, que lleva más de 30 años presidiendo la capilla Sacramental, que está durante todo el año y cuando llega la Cuaresma se le coloca en el Altar Mayor de la parroquia, para sus cultos.
Esta imagen conocida anteriormente con la advocación de Humildad, ahora se le conoce como Jesús Cautivo, obra del imaginero portuense y vecino de Sevilla Miguel Ángel Rodríguez Magaña, el 22 de Marzo de 1921. Magaña trabajó en la industria de construcción de pasos, altares, retablo e imagen que los salesianos instalaron en las dependencias del antiguo convento de los trinitarios.
Esta imagen perteneció a la antigua efigie de Ntro. Padre Jesús ante Anás de la Hermandad del Dulce Nombre (La Bófeta), que procesionó en ella entre los años 1921 y 1923, cuando la Hermandad residía en el convento de San Antonio de Padua. Esta imagen fue sustituida por la actual del imaginero sevillano Antonio Castillo Lastrucis, que trabajo principalmente en Andalucía, aunque se encuentra obras suyas en diferentes puntos de la geografía española.
El Cristo de Magaña pasaría a la Iglesia de San Isidoro y de ahí a la parroquia de Santa María de las Flores y San Eugenio Papa, donde los parroquianos y feligreses, empezaron a cogerle devoción y cariño en su complicada y nómada historia que ha tenido. El Cautivo ha sido restaurado hace varias semanas por el escultor-restaurador Licenciado por la Universidad de Sevilla, el Ilípense (Alcalá del Río) Manuel Mazueco García, que le ha tallado un nuevo cuerpo y la imagen está ahora en perfecta condición para procesionar.
Después del Besapiés, el diacono permanente José María López junto al sacristán Antonio Vargas y el grupo Sacramental de la Parroquia se fotografiaron, delante del altar de Jesús Cautivo.
Fotografía Antonio Rendón Domínguez