Las personas que hayan salido por Sevilla a primera hora de la mañana hemos tenido la sensación de que era un día festivo. No había nadie por la calle. Las mismas calles que en días atrás se llenan de caballistas y feriantes que caminaban raudos hacia la feria, aparecen vacías. Un silencio total. Un silencio como el que se escucha en la plaza de toros de la Maestranza o durante la Semana Santa. Esos silencio sonoros. Se afronta ya el tramo final de la feria con un fin de semana que el domingo da un 90% de probabilidades de precipitación y el sábado un 40%. El que quiera aprovechar y disfrutar, que lo haga y no lo deje para el fin de semana, por si esta vez los meteorólogos aciertan.