El número de cabinas telefónicas públicas se ha reducido sensiblemente en las ciudades. El uso del teléfono móvil ha puesto en riesgo de desaparición a las cabinas. Se ha pasado de una cabina por cada 1.500 personas a una cabina por cada 3.000 habitantes. En Sevilla los daos indican que quedan unas 300 cabinas de teléfono. La cabina está llamada a tener un importante papel en la ciudad del futuro, en la Smart City, ya que desde una cabina se podrán recargar teléfonos, enviar faxes, sms, emails, consultar información, cargar un vehículo eléctrico además de ser un elemento importante en la comunicación, como soporte publicitarios.