Gumersindo, costalero del la Virgen de los Dolores del Cerro, murió recientemente en mis camas de la UCI del Virgen del Rocío, y fue donante de órganos. Su hermano Pepe fundió en cirio en el palio de la Virgen. Javier, su otro hermano, y su padre, también asistieron al acto en el que estuvieron presentes sus compañeros, capataces y costaleros.
Rodeados de personas trasplantadas, del barrio del Cerro, todos los asistentes participamos en un emotivo acto de lo que lo que yo llamo "LA SEMANA SANTA QUE NO SE VE". Esta luz junto a la Virgen, además de ser un homenaje a los que nos dejaron regalando vidas, salvará vidas al sembrar la semilla de la solidaridad y del amor al prójimo en tu barrio y en Sevilla.