Un rito de siglos vuelve como es tradicional el traslado de Nuestra Señora de los Dolores en su Soledad Coronada, desde su sede donde recibe cultos en la Ermita de San Gregorio de Osset, hasta la Santa Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, de la ribereña localidad sevillana de Alcalá del Río, donde darán comienzo los cultos de Septenario que comenzó el 12 de marzo y finalizará el 18 del mismo mes Viernes de Dolores. Con motivo de este año 2016 del decreto del Papa Francisco del año Jubilar de la Misericordia la Hermandad Ilípense de la Soledad, celebro una procesión extraordinaria con la imagen del cristo yacente de la Misericordia acompañado a su madre en el traslado desde su sede en la Ermita de San Gregorio de Osset hasta la parroquia donde se está celebrando los cultos en honor de su madre la venerada Virgen de los Dolores en su Soledad Coronada. Estos cultos de Septenarios se están celebrando desde el 12 de marzo hasta el 18 de marzo con un Solemne Besamanos el Viernes de Dolores. El cortejo estuvo formado por la Cruz de Guía, seguido de hermanos de la Hermandad con velas que precedía al paso del señor de la Misericordia en el paso procesional de la imagen de la Canina, junto a la Cruz con el sudario y las dos escaleras símbolo de la Hermandad, se encontraba el cristo de la Misericordia Yacente. Cuatros hachones de velas en las esquinas del paso acompaña e ilumina al venerado cristo Yacente. La parte musical del paso del Señor de la Misericordia estuvo acompañado por una capilla musical. A continuación largas filas guiadas por mujeres que fueron portando cirios para iluminar el paso de la Virgen de los Dolores. Entre las peculiaridades del traslado de la Virgen de los Dolores, destaca el bello paso de palio, de los denominados de cajón, de ocho varales. Esta obra de arte data del siglo XVIII y es portada con maniguetas por hombres que lucen túnica nazarena sin capa con fajín de esparto y peto bordado. Para esta extraordinaria procesión el cortejo a largó la comitiva pasando por varias calles que no había pasado nunca, hasta la madrugada que llegaba a la parroquia de Santa María de la Asunción, donde tiene sus cultos de Septenario. La parte musical del paso de la virgen, estuvo a cargo de la Banda de música de la Soledad que dirige su director valenciano Héctor Herrero Canet, con un repertorio elegido de marchas clásicas y muy contundentes.
Fotos Antonio Rendón Domínguez