Durante el fin de semana del 6 al 8 de mayo ha tenido lugar en Sevilla la tradicional celebración anual de la Asociación de Huérfanos del Ejército, compuesta por antiguos alumnos y familiares de los hoy desaparecidos colegios para huérfanos de militares tutelados por el Patronato de Huérfanos del Ejército de Tierra, institución que desde el 1 de octubre de 1871 viene prestando a sus huérfanos una atención y protección oficial, colectiva y amparada por las leyes.

En aquellos colegios, viejos caserones y antiguos palacios repartidos por la geografía española, donde pasaron en régimen de internado sus años de infancia y juventud, debieron afrontar los huérfanos la repentina y dura separación familiar tras el fallecimiento de sus padres; tras su muros recibieron una completa y esmerada educación, no exenta de disciplina militar como se puede imaginar, que de otra forma hubieran tenido difícil recibir, mezcla de situaciones que permitió moldear el carácter abierto, noble, socarrón y luchador tan característico de los pínfanos de todos los tiempos.

Un ejemplo de fortaleza y ánimo a destacar es el de su decano, don Guillermo Ámez Cadavieco, quien a punto de cumplir 99 años sin haber perdido un ápice de su ánimo, aunque sintiendo el paso del tiempo en su huesos, no está dispuesto a perderse el próximo Día del Pínfano en que alcanzará su edad soñada, cien años, que desde luego no celebrará en soledad porque allí estaremos sus compañeros para celebrarlo juntos.

El conocido como Día del Pínfano, del que este año se ha celebrado la XIII edición desde la fundación a nivel nacional de la Asociación en julio de 2003, se ha desarrollado nuevamente con éxito ?a pesar del mal tiempo reinante? de acuerdo con el espíritu alegre y festivo que impera en este tipo de encuentros y que ni siquiera la pertinaz lluvia de primavera ha sido capaz de impedir, además es conocido que en Sevilla la lluvia?

Compañeros de los últimos 60 o 70 años vuelven a reunirse cada año en alguna ciudad elegida previamente por votación de sus socios, procedentes de todos los rincones, para recordar con nostalgia y alegría los tiempos pasados en torno a una mesa y rendir un sentido homenaje en recuerdo de los pínfanos fallecidos. Pínfano es el apelativo cariñoso con el que se les conoce desde siempre en el ambiente militar y ellos siguen luciéndolo con orgullo como si fuera el título más preciado.

La Misa en homenaje a los padres y pínfanos fallecidos se celebró en la preciosa parroquia dedicada a la Virgen de Loreto en la Base Aérea de Tablada, a su terminación y ante su bonita fachada se situaron para inmortalizar la reunión con una foto grupal de recuerdo.

El resto de celebraciones, como no podía ser de otra manera, incluye cenas, comidas, la asamblea anual y también un poco de turismo para conocer de primera mano los innumerables atractivos que la ciudad de Sevilla ofrece a sus visitantes, cuyo recuerdo se llevarán los pínfanos a sus lugares de procedencia con la ilusión de seguir acudiendo a nuevos Días del Pínfano.