La diseñadora nazarena Pilar Rubio presentó el pasado sábado 4 su colección La Vuelta del Esplendor en el marco de la III edición de SIQ, Sevilla Handcraft & Fashion, una pasarela de corte nupcial, donde se dan cita diseño, artesanía y arquitectura monumental.
La apuesta de esta diseñadora, que se caracteriza, precisamente, por una producción donde prima la confección artesanal, estaba inspirada en la moda de los años 50, destinada a una mujer sensual, sutil, elegante y femenina. Pilar ha intentado retratar ese resurgir de la moda tras una época aciaga marcada por la Guerra y la postguerra, en la que todo aquello que no fuera de extrema necesidad pasó a un segundo plano.
Tras esa tormenta llegó la calma y la que se conoce como “década prodigiosa” de la moda. Es la época de Dior, Balmain, Yves Saint Lauren o Balenciaga, con la vuelta a formas y estilos de épocas pasadas. Esa regresión en las formas está en consonancia con la vuelta de la mujer a su papel de “reina de su casa”, libre del trabajo fuera del hogar, madre y esposa perfecta y abnegada, femenina y elegante. Los años cincuenta marcaron la edad de oro de la feminidad, del glamour y de la sensualidad con inconos como Audrey Hepburn, Ava Gardner o Grace Kelly.
Todo esto es lo que ha inspirado la colección con la que la diseñadora nazarena, ya conocida en su vertiente flamenca, “se ha puesto de largo” en Sevilla, donde bajo el marco incomparable del Archivo de Indias, con la Catedral al fondo, dio rienda suelta a su “espíritu libre a la hora de diseñar”, como ella misma asegura. Así, expuso volúmenes vaporosos, cuerpos sirenas, faldas de tubo y una cuidada y personalísima elección en los tejidos, donde primaron encajes, tules, brocados y, sobre todo, aplicaciones, seña de identidad de esa moda artesana que defiende Pilar Rubio. En cuanto a la paleta de colores, los diseños se movieron entre los extremos del rojo y el azul eléctrico, pero reparando en ese punto medio y suave de los nudes y los rosas, sin faltar el golpe de efecto del negro.
Con todo ello, ha trabajado esa “búsqueda de la perfección y esplendor” que marcó la década en la que se inspira.