La exposición recupera los lienzos que el pintor ejecutó para el desaparecido convento de San Francisco, situado en la actual Plaza Nueva Casa Murillo, kilómetro cero de estas rutas por la ciudad que recorren al pintor por más de 20 espacios emblemáticos, han superado ya las 50.000 visitas. Además, se han distribuido más de 22.000 pasaportes que los ciudadanos pueden sellar en cada uno de los espacios |
El delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz, ha inaugurado este sábado en la Avenida de la Constitución una nueva parada del itinerario Tras los pasos de Murillo. Se trata de una exposición de siete mupis que permiten al visitante conocer la serie de lienzos que Murillo pintó para el desaparecido Convento de San Francisco, que se ubicaba en la actual Plaza Nueva. Al acto han asistido también la delegada de Cultura, Isabel Ojeda, y el comisario de los Itinerarios de Año Murillo, el catedrático Enrique Valdivieso.
La exposición amplía el itinerario 'Tras los pasos de Murillo', una ruta por el casco histórico que abarca 20 lugares emblemáticos relacionados con el pintor y su obra y en los que el visitante puede contemplar más de 50 lienzos originales y 80 reproducciones.
Muñoz ha confirmado que por Casa Murillo, el kilómetro cero de esta ruta, han pasado ya más de 50.000 personas. Allí se han repartido hasta la fecha más de 22.000 pasaportes gratuitos que los visitantes pueden sellar en cada una de las paradas de la ruta. Estas cifras se suman al éxito de las exposiciones recientemente clausuradas, 'Murillo y su estela en Sevilla' y 'Murillo y los Capuchinos de Sevilla', con un balance total de más de 700.000 visitantes desde que arrancó la efeméride, sumando muestras, conciertos y otras actividades, ha desvelado Muñoz.
“Después del excepcional arranque expositivo de Año Murillo, queremos que ahora el pintor salga de la sala de museo para reencontrarse con su ciudad y con los sevillanos. En unos días comenzará la programación de artes escénicas, que aprovechará la primavera para llevar el conocimiento de Murillo a la calle y al diálogo con otras artes”.
Sobre la exposición de la Avenida
Perteneciente a la influyente orden de los frailes menores, el Convento de San Francisco era un espacio muy frecuentado por la sociedad en tiempos de Murillo y un importante enclave artístico de la ciudad. Por este motivo, los artistas ansiaban trabajar allí a fin de consolidarse en la capital hispalense.
Como ha recordado Valdivieso, el primer contrato importante de Murillo fue el contraído con este Convento de San Francisco, para el que hubo de estar trabajando desde 1644 a 1646. La importancia de este encargo en la trayectoria del artista es trascendental, ya que mostró su innovadora manera de entender la espiritualidad del momento y logró el reconocimiento de sus coetáneos.
Murillo realizó para este lugar un ciclo de pinturas que estarían dispuestas en el Claustro chico, situado delante de la entrada de la iglesia, y que tenían como finalidad hacer propaganda de la grandeza de la orden franciscana. Los temas fueron propuestos por el padre guardián, Fray Pedro de Almaguer, y estaban dirigidos a exaltar las virtudes tradicionalmente vinculadas a los frailes menores, especialmente la caridad, el misticismo y los milagros salutíferos, los más valorados por una Sevilla de extrema pobreza, hambrunas y mortandad tras haber sufrido una terrible epidemia de tifus en la década de 1620.
En 1810 las pinturas fueron incautadas por el Mariscal Soult y trasladadas al Alcázar, desde donde se dispersaron, conservándose actualmente en diferentes colecciones.
La Plaza Nueva, donde estuvo ubicado el Convento de San Francisco, es el séptimo de los 20 espacios que configuran el Itinerario Tras los pasos de Murillo, que permite viajar a la Sevilla del siglo XVII siguiendo los pasos del artista por los lugares más emblemáticos de su trayectoria. En ellos, pueden contemplarse sus obras y comprender la personalidad creativa de un artista excepcional.
Entre las piezas expuestas figura una fotografía de los restos del derribo de la iglesia del convento en 1859. Esta imagen, una de las más primeras conocidas de la ciudad y realizada por Francisco de Leygonier y Hubert, permite ver cómo era el lugar antes de la construcción del Ayuntamiento. Además, se muestran los cuadros de Murillo que en su día albergaba esta orden. Así, 'San Francisco confortado por un ángel', 'San Diego de Alcalá dando de comer a los pobres', 'San Diego de Alcalá en éxtasis delante de la cruz', 'San Gil en éxtasis ante el papa Gregorio IX', 'La visión de Fray Juan de Alcalá de la ascensión del alma de Felipe II', 'Fray Junípero y el pobre', 'San Salvador de la Horta y el Inquisidor de Aragón', 'La curación milagrosa obrada por fray Juan de la Cruz', 'Fray Francisco y la cocina de los ángeles', 'La muerte de Santa Clara', 'San Francisco Solano y el toro ' y, por último, 'Inmaculada con fray Juan de Quirós'.