Los turistas que visitan Sevilla los fines de semana, ven una ciudad con manchas restos orgánicos bajo papeleras, maceteros vacíos y sucios, estanques que no están operativos. Una mala imagen de la ciudad. El problema es un problema de planificación, organización, control y coordinación. Se programa la operación teniendo en cuente el calendario de vacaciones de los operarios y no el concepto de “calidad del servicio”, que debe prevalecer sobre otros criterios. El nivel de calidad de los servicios debe ser el mismo en enero que en agosto. Se deben ajustar los medios y recursos para que esto sea así durante todo el año.