Los árboles de la ciudad son objeto de agresión a diario, por la publicidad y por utilizarse de poste de sujeción para bicicletas.

Uno de los aspectos más problemáticos de la trama verde urbana es el arbolado viario. El árbol es un elemento extraño en la ciudad y requiere de un tratamiento digno y adecuado que le permita cumplir su función ambiental básica que no es otra que la de producir oxígeno para permitir a los ciudadanos respirar cada día. Además de ésta función básica hay otras funciones destacadas como son: el control de la erosión, el confort climático, mediante la producción de sombra, tan necesaria en nuestro clima y una función más que es la puramente ornamental y estética.

Estamos asistiendo a un ataque indiscriminado por parte de algunas empresas y profesionales que utiliza los árboles como soporte publicitario. Lo más grave es que pasan días incluso semanas, y meses y no hay quien retire esta publicidad.