Alcorques sucios, encharcados con hierbas, papeles, y maceteros, sin plantas y con restos de colillas, papeles y vasos, son una mala imagen de la ciudad. Es la primera impresión que captan los visitantes. A los visitantes les llama la atención más lo que está mal que lo que está bien. No hay razón para que se generen estas imágenes. Hay medios humanos y materiales que permiten que esto no pasa. Si pasa es por una mala gestión de los mandos intermedios y operarios. La frecuencia del servicio y los recursos asignados, tanto humanos y materiales, debe estar planificado y organizado en función del uso y la incidencia del espacio público.