Agotadas las plazas disponibles y más de 700 personas peticiones en espera para esta actividad que destacaba figuras de la ciudad que no fueron en su momento reconocidas por su condición de mujer
Más de 270 personas han participado en las “Rutas con nombre de mujer” que ha organizado el Ayuntamiento de Sevilla a través de la Delegación de Igualdad, Juventud y Relaciones con la Comunidad Universitaria dentro de la programación del Otoño Feminista y que han agotado las plazas quedando 700 peticiones en lista de espera, lo que manifiestan el éxito de público y el respaldo de la ciudadanía a este tipo de iniciativas.
Estas rutas que se desarrollaban a través de diversos itinerarios sobre espacios relevantes comenzaron por la figura de La Roldana, primera escultora registrada que vivió en un tiempo en el que las mujeres no podían firmar sus obras de arte, por lo que fue sustituido por el de su marido o el de su padre, Pedro Roldán.
La historia de la Roldana representa la vida de infinidad de artistas que no cobraban sus trabajos o que pasaron al olvido por el simple hecho de ser mujeres, a pesar de la extensa producción que dejó en las provincia de Cádiz y Sevilla, donde se le atribuyen, entre otras, la imagen de la Virgen de la Estrella, y de dejar un legado con una fuerte influencia en autores como Montes de Oca o Duque Cornejo.
Pompeya Plotina es una figura fundamental para conocer la historia de los dos emperadores romanos nacidos a orillas del Guadalquivir. Consejera política y comerciante, la esposa del emperador Trajano y tía del emperador Adriano desarrolló su vida en la Sevilla del Siglo II aC y fue una figura olvidada que ofreció una nueva forma de asesoramiento y perspectivas en cuestiones fundamentales del gobierno del imperio en una época de gran florecimiento.
La vida de la infanta María Luisa Fernanda se encuentra marcada por el legado que dejó en la ciudad y de su propia historia personal. Durante una época convulsa, se rememorará la gestión de su riqueza e influencia que incluye diversas tentativas de hacerse con el trono del país a través de su marido o incluso de su propia candidatura tras la caída de su hermana, Isabel II, o a través de la de su hija, María de las Mercedes, que murió el poco de contraer matrimonio con Alfonso XIII.