Erik tiene apenas cuatro años cuando pierde a su madre en el gran terremoto que destruye Waliria, la capital de Ariok. Su padre, el carpintero Bertrand de Lis, y Astrid, la humilde viuda de un herrero, no pueden imaginar que la catástrofe no solo cambiará sus vidas para siempre, sino que, sin quererlo, les hará dueños de secretos que nunca hubieran querido tener que guardar.

Tras el desastre, y alentado por una profecía, el rey decide emprender con su pueblo un peligroso viaje hasta tierras del sur. Una gran caravana se pone en marcha. La esperanza, el miedo y la ambición viajan con ellos.


«He querido contar la historia de la Humanidad concentrada en una única historia, en la que los héroes anónimos se convierten en protagonistas y bajo la que subyace un tremendo dilema repetido tantas y tantas veces en todas las épocas: ¿prevalece el bienestar del pueblo frente al propio?»

José Luis Gil Soto