La felicidad de cualquier niño no es como la nuestra. La suya es más real, porque es sólo suya, no necesita del resto del mundo para ser feliz tanto como nosotros. Pero a veces la vida, y sus enfermedades, hacen que esa felicidad pueda desaparecer, no sólo en los niños, sino también en todos los que les acompañan en cada uno de los pasos de la vida.


Mi nombre es Diego A. y tengo el honor de ser el socio nº 1 de la Fundación Aladina. La labor de Aladina es fundamental para mi, y también única. Cada segundo de los voluntarios y trabajadores de Aladina son como un oasis en un desierto para muchas personas. El cáncer infantil llena de obstáculos las vidas de los aladinos, y es por eso que su labor no solo es necesaria, sino que no puede desaparecer, ni por un sólo minuto.


A mi me ayuda mucho pensar que, con mi humilde aportación, cientos de niños han vuelto a revivir momentos felices en caminos tortuosos. Porque de lo que se trata es de eso, de intentar que, con nuestro apoyo, hagamos que los niños perciban de este mundo un lugar un poco más feliz para vivir. No hay mejor inversión que la que ayuda a transmitir más felicidad. Y hoy, tú, puedes ser parte de ese cambio.


, cada esfuerzo que realizamos cada uno de los socios, por pequeño que sea, supone que miles de niños enfermos de cáncer y sus familias puedan seguir luchando para lograr sus sueños. Tu contribución, por pequeña que sea es más que bienvenida, y sobre todo necesaria.


Haz como yo, únete a la familia Aladina.

Puedes colaborar con nosotros en este enlace: https://actua.aladina.org/TeNecesitamos

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Diego A.

Socio nº 1 de la Fundación Aladina