Nunca se debe extraer la capa de terreno superficial ya que se corre el riesgo de eliminar las raíces superficiales del ejemplar, pudiendo afectar a su nutrición y estabilidad. En general la mejora del terreno donde están plantados árboles ejemplares puede ser física y/o química.
La mejora física puede consistir en aportando sobre el terreno existente una capa de sustrato enriquecido en materia orgánica y fósforo que potencie el desarrollo radicular. La mejora química se realiza mediante la aportación por medio del agua de riego de una solución nutritiva enriquecida, que aporte nutrientes potenciando la asimilación por los pelos capilares de las raíces del sistema radicular al efecto de mejorar la absorción de nutrientes. Previo a estas tareas hay que realizar un análisis físico/químico del suelo existente para conocer las carencias y problemas que puede tener y corregir. Nunca se debe extraer la capa de terreno superficial ya que se corre el riesgo de eliminar las raíces superficiales del ejemplar, pudiendo afectar a su nutrición y estabilidad.