Han pasado los tiempos en los que se inaguraban parques urbanos y periurbanos, destinados a rellenar los espacios verdes que quedaban en los en los PGOU para poder permitir la extensión superficial del núcleo urbano para facilitar la construcción de grandes urbanizaciones entorno a estos parques. En ese tiempo estas dotaciones junto a los polideportivos e instalaciones, sumaban votos. El paso del tiempo y la saturación estos espacios y el abandono generalizado del mantenimiento de vía pública, parques y jardines y un nivel mínimo de limpieza y seguridad, han provocado que los ciudadanos penalicen las pequeñas obras que se realizan el año anterior a las elecciones.
Según estimaciones dependiendo del tipo de barrio o distrito, del nivel de dotaciones y servicios, unido al volumen y duración de la obra, se podría estimar que una obra viaria tiene una afectación alta en un radio de 200 metros (126.000 m2) lo que en número de habitantes se puede estimar en más de 10.000 ciudadanos. Esto podría suponer según cálculos estimativos, una penalización de más de un 10% votos al partido gobernante, por cada obra u obras en el área definido.