El alcalde de Sevilla Antonio Muñoz Martínez, inauguró la plaza en homenaje al Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, profesor y académico Manuel Río Pérez, un espacio ubicado en los antiguos terrenos del Bar Capote, a la vera de puente de Triana cuya salvación ha supuesto un hito en su vida, la de un profesional que se decidió a salvar una infraestructura singular cuando todos lo daban por perdido.
El ingeniero Manuel Ríos Pérez ha entrado en el nomenclátor de la ciudad junto al Puente de Triana, una infraestructura que ha marcado precisamente su vida profesional. Nacido en Sevilla en el año 1938 e ingeniero desde 1965, Ríos Pérez ha sido una figura clave en la remodelación de la ciudad en la segunda mitad del siglo XX.
Su labor en la restauración del Puente de Triana en 1977 resultó clave para su conservación.
Además, su trabajo como Jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Andalucía Occidental fue fundamental para la consecución de infraestructuras como la SE-30.
Funcionario del Cuerpo Especial de Ingenieros del Estado, así como del homólogo de la Junta de Andalucía, y profesor de Estadística Teórica y Estadística Aplicada a la Ingeniería en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Sevilla, hoy está jubilado, aunque sigue muy activo en la vida de la ciudad al colaborar con el Ateneo de Sevilla, formar parte de varias academias y cultivar la poesía.
Fue delegado del Ministerio de Fomento en Sevilla y simultáneo este puesto con la Jefatura de la Demarcación de Carreteras del Estado en Andalucía Occidental. Estuvo once años como jefe de la Demarcación de Carreteras del Estado en Andalucía Occidental, consiguiendo la finalización de la SE-30 y las restantes autovías y puentes relacionados con la Expo-92, y también impulsó e inició la autovía SE-40. Poseedor de la Encomienda de la Orden al Mérito Civil, académico de Número de la Academia Andaluza de Ciencia Regional.
La plazoleta aledaña al puente de Triana en la trasera de las naves del Barranco llevará el nombre del ingeniero sevillano Manuel Ríos Pérez (Sevilla, 1938) que dirigió las obras de rehabilitación del famoso puente inaugurado en 1852 y que permitió que siguiera en uso para el paso de vehículos y viandantes.
El ingeniero, que tenía entonces menos de cuarenta años, fue el encargado de la dirección de las obras para apear los arcos característicos de la carga del tablero y la sustitución de éste por uno nuevo de acero especial autoportante apoyado en dos vigas de cajón salvando la luz del río de lado a lado con el pilar central. El puente salvó su fisonomía aunque los arcos dejaron de tener otra función que no fuera la meramente decorativa. Entre las acciones que se realizaron entonces, se reforzaron las zapatas con micropilotes para resistir los empujes horizontales del nuevo tablero y se sanearon los estribos y la cimentación.
En 1958, el ingeniero Carlos Fernández Casado advirtió de la debilidad estructural del puente y de la imposibilidad, a su juicio, de salvarlo. Se prohibió por ello el tránsito de autobuses y camiones de tonelaje para no comprometer la estructura. En 1974 saltaron las alarmas cuando el Viernes Santo el paso del Señor de las Tres Caídas de vuelta a su barrio hizo extraordinario el cimbreo y se prohibió el paso de vehículos de inmediato.
Manuel Ríos Pérez, bajo la supervisión de Rafael Candau Parias, fue el encargado de desarrollar el proyecto del ingeniero Juan Batanero García- Geraldo, quien propuso la solución finalmente plasmada. El 13 de junio de 1977, la ciudad recuperó el puente de Triana, aligerado de cargas y reforzadas sus pilastras.
Manuel Ríos se encomendó a su Cristo de la Buena Muerte como fiel hermano de los Estudiantes y al del Cachorro. Hizo las pruebas de carga tras tomar las decisiones oportunas que le dictaba su magisterio en ingeniería y el puente respondió al cien por cien. Hasta hoy. Los hermanos mayores de las dos cofradías tuvieron el gesto de estar presentes en el acto.
Aunque esa sea la obra que ha marcado su vida ingenieril, el objetivo de tener a tiempo las infraestructuras viarias que el Ministerio de Obras Públicas llevó a cabo con vistas al año 92 le valió la concesión de la Encomienda de la Orden al Mérito Civil que él otorgó el Rey Don Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias en 1993. El propio Colegio Nacional de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos le concedió su medalla de honor a propuesta de la junta rectora del colegio profesional en Andalucía, Ceuta y Melilla
La iniciativa de nominar la Plaza Ingeniero Manuel Ríos Pérez fue aprobada en primera instancia por la Junta Municipal del Distrito Casco Antiguo y ratificada en junio pasado por el Pleno municipal, tras contar con un amplio respaldo de distintas instituciones y empresas.
«Esta ciudad le debe mucho más que el nombre de una plaza. Su currículum y todos los hitos que ha protagonizado a lo largo de su trayectoria profesional son el ejemplo de dedicación absoluta desde la función pública a la mejora de la sociedad y, en este caso, de su ciudad», ha dicho el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, que ha estado también acompañado por el delegado de Gobernación, Fiestas Mayores y Área Metropolitana y también del Distrito Casco Antiguo, Juan Carlos Cabrera Varela, en este acto de rotulación.
Muñoz ha destacado que Manuel Ríos Pérez ha participado en las «etapas más importantes para la transformación urbana de nuestra ciudad en la historia reciente» y ha considerado que es «un referente» para las nuevas generaciones de ingenieros. «No podía haber una ubicación más acertada para llevar su nombre que junto al Puente de Triana», ha concluido.
A la inauguración asistieron dos políticos clave en la consecución del homenaje: el teniente de alcalde y delegado del Distrito Casco Antiguo, Juan Carlos Cabrera Valera, y Rafael Belmonte Gómez, concejal del PP. No faltaron el portavoz de
Ciudadanos, Álvaro Pimentel Siles, y la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez Galindo. Intervino también además del alcalde, el viceconsejero de Vicepresidencia, Turismo, Justicia y Regeneración Democrática, Manuel Alejandro Cardenete. El sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp, canónigo de la Catedral, bendijo la nueva plaza en presencia de las autoridades civiles. La ciudad salda una deuda de gratitud con un ingeniero de bandera. Manuel Ríos Pérez cuenta con la máxima distinción del Colegio de Ingenieros de España, concedida recientemente en un acto celebrado en Madrid.