Sin duda el año 1992 fue un revulsivo en el desarrollo de las infraestructura de las comunicaciones y el transporte. Otro aspecto que se abrió camino en la sociedad con la llegada del teléfono móvil e internet fueron los grandes espectáculos musicales en los espacios abiertos. Desde un principio hubo un acuerdo tácito de respeto, protección y conservación de los mismos, exigiendo el cumplimiento de medidas de seguridad y de protección del Patrimonio artístico y cultural. Treinta años después, parece que se han olvidado las normas de que hay que respetar y proteger los conjuntos monumentales y muy especialmente si están declarados como BIC (Bien de Interés Cultural) y/o Patrimonio Cultural de la Humanidad.
No se puede someter un espacio que tenga estos niveles de catalogación a actos multitudinarios que afectan al patrimonio. Hay otros espacios donde se pueden hacer estos actos sin provocar daños.
La Plaza de España y el conjunto del Parque de María Luisa además de evocar y ser testigos de uno de los momentos de la historia más grandiosos de la Sevilla de 1929, se vea afectado por una serie de eventos que incumplen las Ordenanzas municipales en cuanto a normativa de medio ambiente municipal relativa a contaminación acústica y lumínica con deterioro físico del espacio y su entorno. El ruido afecta a más de 1 km alrededor de este espacio.
Este artículo surge porque hoy leí en un periódico local que el “Ayuntamiento” declara este espacio "libre de humos", que quiere decir que no se puede fumar……….
Solo añadir que estos espacios cumplen una función social, cultural, artística que crea marca turística, y con estos eventos que impiden el regular funcionamiento de estos espacios para que puedan ser visitados por el turismo que llega a la ciudad y se encuentran con estas escenas y se quedan perplejos, anodados, sorprendidos.
Foto y texto Jesús de Vicente