RETAHÍLAS
- Nacen el mismo año, fueron al mismo colegio del mismo barrio y llevan medio siglo haciendo fotos juntos
- Firman desde hace 17 Semanas Santas las fotos de la revista ‘Cuaresma’
- Diversos modos del precepto dominical
Fernando Salazar y Ángel Bajuelo. / JOSÉ ÁNGEL GARCÍA
FRANCISCO CORREAL23 Marzo, 2023 - 06:10h
Tienen más estabilidad que muchos matrimonios. Salazar y Bajuelo forman una Sociedad Ilimitada. Inseparables como Daoiz y Velarde, Mauri y Maguregui o Faemino y Cansado. Un tándem clásico en la Semana Santa de la ciudad. Parece que estuvieran predestinados. Fernando Salazar y Ángel Bajuelo nacen el mismo año, 1952, el de los Juegos Olímpicos de Helsinki. Vienen al mundo en la Puerta Real. Sus madres, Rosario y Ascensión, eran amigas de toda la vida. Fueron juntos al colegio, primero a la Miguilla de don Benjamín, más tarde al San Luis Gonzaga, frente a la academia de baile del Realito, colegio donde coinciden con los Marinelli, alma del grupo Alameda. Los dos son hermanos del Museo y las Siete Palabras.
Salazar y Bajuelo no son una foto fija. Dúo irrepetible de la fotografía cofrade, tienen sus diferencias. Salazar es bético y Bajuelo sevillista. Salazar hizo la mili en los aviones, Bajuelo en los trenes, Unidad de Ferrocarriles de Plaza de Armas, vulgo estación de Córdoba.
Salazar se despidió como nazareno en las Siete Palabras y Bajuelo en el Silencio. Son los responsables gráficos de la revista Cuaresma que dirige Juan Salas Rubio.
Una idea que surgió en la Gran Bretaña
“La idea de la revista surgió en Londres, donde Juan y yo fuimos en 2005 a ver el partido del Betis con el Chelsea”, cuenta Fernando Salazar. La galería gráfica de las portadas de Cuaresma es un itinerario imprescindible de la memoria: el Gran Poder desde casa Trifón, el Nazareno del Silencio, la Virgen de las Aguas por la calle Zaragoza.
Tanto en la fotografía como en la Semana Santa se consideran autodidactas, aunque reconocen que llegaron a la primera gracias a la segunda. De las imágenes llegaron a la imagen. ¿Vocación o profesión? Una vocación a la que le han dedicado casi medio siglo de trabajo al alimón. Salazar trabajaba de representante de joyería y Bajuelo en las motos Vespa. Una pareja del neorrealismo italiano trasladados a la Puerta Real.Salazar nace en la misma casa de la calle Alfonso XII donde nació su madre. Y Bajuelo tenía como vecino al imaginero Luis Álvarez Duarte. “Hemos visto restaurar en su taller el Cristo de los Gitanos y el de las Tres Caídas de Triana”. Son complementarios. “Bajuelo es un fotógrafo magnífico y trabaja como nadie en el ordenador” (Salazar). “Fernando es el rey de las relaciones públicas, sale a la calle y se conoce a media Sevilla” (Bajuelo).
Hablamos en el Ateneo, institución donde han expuesto sus trabajos y con la que están vinculados, más directamente Salazar que Bajuelo. “Llevo más de cuarenta años trabajando para el Ateneo, desde que estaba de presidente José Jesús García Díaz (Pepito Caramelo). Todo empezó porque él pertenecía a una tertulia, El Cañonazo, a los que les hacía las fotos. Se reunían a hablar de Semana Santa en la calle Otumba. Se llamaban así porque la reunión terminaba dando cuenta de un cartucho de pescado frito”. Muestra una foto de esa tertulia, en la que sus integrantes fueron a San Juan de Dios a cumplimentar a Antoñito Procesiones. En la imagen aparece Otto Moeckel, hoy con calle junto al Baratillo.
Aquella Expo-Sierpes
La pareja se consagró a la fotografía cofrade a partir de firmar juntos la quinta edición de Expo-Sierpes, una iniciativa de Ricardo Roldán, de la Joyería Ruiz. Una exposición de fotos sobre retablos de cerámica. La vio Pedro Tabernero y les pidió un libro para la Fundación El Monte. En la Expo hicieron trabajos bajo el epígrafe de Los esplendores de Sevilla. También firman fotos en los libros cofrades que ha editado Miguel Gallardo.Han hecho fotografías en casi todos los periódicos de Sevilla (Bajuelo es sobrino-nieto de Gil Gómez Bajuelo, un histórico del reporterismo local) y también trabajaron para la BBC (Bodas, Bautizos, Comuniones). Han hecho muchísima Semana Santa, desde todas las perspectivas, “ahora nos dosificamos un poco”, y nada de Feria. Bastante fútbol y nada de toros. Cubrieron el Mundial 82, el que reunió en España a Zico, Sócrates, Platini, Paolo Rossi y Maradona. Salazar recuerda un viaje a Málaga para hacer fotos de un Escocia-Nueva Zelanda. Bajuelo las hizo en Heliópolis del Brasil-Escocia que terminó con la fiesta en San Laureano, junto a la Puerta Real donde nacieron.
Salazar es abuelo de un cofrade al que Salazar muestra en foto con la túnica de las Siete Palabras. “Es conocido como Sandokán”. Tiene quince meses y va a vivir su primera Semana Santa consciente. La del año pasado tenía tres meses y los dos años anteriores no hubo pasos en las calles ni fotógrafos en las esquinas o los balcones por la pandemia.
De esta edición, a los responsables gráficos de la revista Cuaresma les hace mucha ilusión que el Cachorro vaya a pasar por la Puerta Real. “La última vez que vimos en el barrio a una imagen de Triana fue a San Gonzalo porque estaba el puente en obras. Recuerdo que estaba viéndolo Ortega Bru”. Llevan medio siglo viviendo y conviviendo la Cuaresma. Nunca han salido del barrio.
Siempre en el mismo barrio
Fernando Salazar vive en Miguel Cid. Bajuelo nació en la calle Aguiar (hoy Jesús Vida, nombre de un pediatra que tuvo aquí la consulta), pasó a Marqués de Paradas y ahora vive en Antonio Salado. Hasta la imprenta de la revista la tienen bien cerca. Imprenta Rojo, en la calle Gravina. “El dueño es Javier Mejías, un gran fotógrafo”.
Salazar y Bajuelo han coincidido con los Arenas, con Emilio Sáenz, Carlos Ortega y Cristina García Rodero. Han visto cómo han cambiado las cosas en la Semana Santa y en la fotografía y cómo a veces esos cambios se han cruzado para desnaturalizar ambos universos. “En una entrada de la Soledad de San Lorenzo, revelando la fotografía en el ordenador”, dice Bajuelo, “llegué a contar 239 móviles. Menos mal que ahora con la informática se pueden quitar”.
Les preguntan en la calle por el próximo número de Cuaresma. Una idea que surgió en Londres, en el barrio de Chelsea donde Blanco White, sevillano de la calle Jamerdana, hermano oficioso de Santa Cruz, firmaba los prólogos de sus Cartas de España. Salazar colecciona estampas de fútbol y Bajuelo ha retomado la afición a la lectura.