La mente del autor no para. A fin de cuentas, es el proyecto de toda una vida artística. Contemplando desde arriba su obra, a Alfredo Zarazaga se le iluminan los ojos mientras comenta a la radiotelevisión municipal de Chipiona que hay que seguir hasta ver esos cangrejos “hechos en bronce y para siempre”. Y entonces, ¿por qué no? que vuelvan a estar en el mar, sintiendo el subir y bajar de la marea.
Ha sido un esfuerzo titánico. El de la creación, realizada íntegramente en material de hierro y acero reciclado, pero también la ardua tramitación burocrática y la extenuante búsqueda de financiación.
Chipiona, y ahí entra toda esa gente de otros lugares que aman y sienten como suya a esta tierra, ha está viviendo intensamente e ilusionada este acontecimiento histórico. El arte con mayúsculas puesto al servicio del cuidado del medio natural, de que este planeta tenga futuro.
La obra del artista local Alfredo Zarazaga fue instalada provisionalmente el pasado 25 de noviembre en la plaza de las Américas, junto al faro, previa autorización de Puerto de Sevilla, entidad a la que pertenece ese espacio, y desde el sábado ya se encuentra en el lugar previsto en el proyecto subvencionado por Europa, la zona rocosa situada entre la muralla del faro y la playa de las Canteras. La idea que han mantenido la asociación local Alaire y el autor era que, en cuanto se contara con el definitivo permiso de la Junta de Andalucía, los imponentes cangrejos pudieran situarse en ese lugar.
El impresionante conjunto escultórico, que materializa un proyecto de sensibilización sobre la protección y conservación del medio marino subvencionado con Fondos Europeos gestionados a través del Grupo de Acción Local Pesquera de la Costa Noroeste, está formado por dos grandes cangrejos, macho y hembra, realizados con material reciclado, principalmente hierro, cobre y acero inoxidable, y que suman más de 4.000 kilos. Ha sido un trabajo de un año a golpe de martillo, fragua, soldador, soplete… Sin trampa ni cartón.
El proyecto es la continuación de la serie de creaciones que Zarazaga denominó ‘Habitantes del corral’ y que comenzó en 2008 con el mismo objetivo de llamar a la concienciación sobre el futuro del medio marino y del medio ambiente en general. Ha sido cofinanciado en un 85% por el Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca de la Unión Europea y en el 15% restante por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.