En una noche después de la novena de la Virgen y en Chipiona.
- La canción “María mírame” la cantaron las hermanas, Miriam, Clara de Asís y Luján. Con voces de vírgenes niñas.
Antonio Jiménez Gómez
Chipiona en red. -El Santuario de la Patrona de Chipiona, la Virgen de Regla, estaba a rebosar de fieles. Acaba de finalizar la solemne y tradicional novena a la “Morenita”. En la sacristía del Santuario, estaba José Ignacio Mellado Pérez (Iñaqui) con su mujer Saray y sus cinco hijos. Iñaqui manifestaba una evidencia, algo nervioso ante la oración mas amplia y conmovedora y salida del corazón, que jamás ha rezado en su vida. Estaba centrado en la mas sincera, emotiva y familiar oración, con profundo agradecimiento a la Señora, Reina y Patrona, a la que dedicó como a su Madre, Salves y Avemarías. Iñaqui, en el Bello “Diálogo con María” hizo una historia preciosa, porque de joven vio una luz, cuando acompañaba a su abuela María Pepa, cada vez que quería ver a la Virgen en su Santuario. Esa luz La Virgen María lo llevó mas tarde, a conocer una gran Luz, que es Jesucristo y así pudo llegar a Jesús. Iñaqui se confiesa en sus diálogos con María, que sin Ella no puede caminar por la vida. “Mi abuela– dijo—lo mas preciado que tenía, lleva hoy tu nombre, es mi Madre, que, como tú, Madre mía, se llama Regla. Mi abuela cuándo entraba por las puertas del Santuario se iluminaba, porque para Ella era las puertas del cielo.” Nuestro dialogante continua en la historia, dando gracias por la transmisión de la fe, en silencio, en las acciones, en el cariño y la ternura que sienten las abuelas y los abuelos por sus nietos -señaló-. Se atrevió José Ignacio a cantar varias canciones acompañado de su guitarra, el salmo 139, “Señor tú me escrutas y conoces” y en el canto de “María Mírame” intervinieron magistralmente y con unas voces de vírgenes niñas, sus tres hijas, Miriam, Clara de Asís y Luján. Emocionante y al final cantó “Pequeña María” la Hija de Jerusalén. Musicalmente desde el Coro del Santuario, recibió a la familia y fieles presentes y despidió con unos canticos marianos. Muy emocionantes y bellísimos, muchos momentos de los diálogos con la Virgen delante, en cada instante vivido en un acto mariano de alto contenido de fe.
Muchos detalles de su historia de fe con su abuela y familia, siguió desglosando, finalizando sus diálogos con la Madre, pidiendo su intercepción por todas las abuelas y abuelos y por los padres y madres también, para que puedan llevar a sus nietos e hijos a la fe. Poder descubrir que en Jesucristo está la Vida. Que no dejemos nunca—dijo— de hablar con la Virgen María, que llevemos siempre a María en los labios, a María en el corazón y a María en la mente, para que todos los milagros que ha realizado y tantos favores que hemos recibido de Ella, no quede en el silencio y el anonimato, para que generaciones venideras puedan ser testigos de la verdad y podamos llegar a Jesucristo a través de María.
Iñaqui finalizó sus diálogos con la Virgen María, dando las gracias a su familia por el don de la fe, a sus padres, hermanos, a su Parroquia, a su comunidad Neocatecumenal y por su matrimonio con Saray, agradecimiento a su mujer y a sus hijos Miriam, Clara de Asís, Ignacio de Loyola, Pablo y Luján y por la oportunidad de haber pasado, frente a frente, los momentos mas felices de su diálogo con María. Le pidió su protección para toda la familia, por todos los jóvenes de Chipiona, por los enfermos y permitirle dar testimonio de su fe.
Así finalizó el diálogo entre José Ignacio y la Virgen de Regla, su contenido ha sido de una belleza singular, donde se ha puesto de relieve su Amor por la Madre, emocionante con Salves y cánticos que solo brotaron del corazón de Iñaqui… es la fe.