
No necesita presentación, aunque sea en medio de las temperaturas más altas, en julio siempre llega la devoción que no cambia, la de siempre.
El universo cristiano se tiñe de marrón y blanco para albergar a la que es, sin duda, la devoción más universal y popular: la Virgen del Carmen. La que llena las iglesias de altares, la que en los azulejos nos recuerda su presencia perenne, la que tu abuela tenía encima de su cama y te enseñaba a rezarle. Inalterable, no sujeta a modas, la del nombre de mujer en España, donde en cada casa habrá que felicitar no a una, sino a varias que llevan el nombre de Carmen o María del Carmen, y algún Carmelo por ahí también.
Ha vencido a los nombres de telenovelas o de series, Carmen sigue siendo el nombre de las españolas. Intentan colarnos otros, pero no. Llega el mes de julio y lo hace con la devoción del Carmen, a punto de cumplir casi 800 años desde aquel 16 de julio de 1251.
Los hogares, los templos, las capillas domiciliarias, las sabatinas y los escapularios lucen en el pecho, en su medalla o en su tela marrón. Un universo de novenas, de rezos, que mueven las Ánimas del Purgatorio buscando la salvación, que se lanzan a los mares y a los océanos buscando la protección de la Virgen del Carmen.
La veremos en las playas y en los mares y también, las más antiguas, en el interior. Aquí seguiremos rezando y saliendo en procesión, en sus centenares de cofradías repartidas por Andalucía fundadas desde el siglo XVI, llenando el 16 de julio de una presencia carmelitana en ciudades y pueblos, montañas y ríos, mares y puertos. Uno de esos días donde incluso los medios profanos de comunicación, las redes o la televisión, no pueden dejar de conectar con esta devoción de Santos, de poetas y músicos, de místicos y pescadores.
Carmen o jardín florido en los cármenes de Granada, o en la ópera más famosa con su nombre. Esta es nuestra historia, a la que no renunciamos. No está sujeta a modas, es la de siempre.
Aquí en Sevilla la veremos en San Leandro, en el Puente y en Santa Ana de Triana, en el Santo Ángel y en el Buen Suceso, en Las Teresas y en las de Santa Ana, en Santa Catalina y San Gil, en Su Eminencia, en San Pablo o Calatrava, en el Corpus y en Nervión, y en cada templo que la venera como San Roque, San Buenaventura, La Magdalena o San Benito, en toda la ciudad. Llega julio y llega la devoción de siempre: Carmen.
Juan Dobado Fernández OCD
Prior del Convento del Santo Ángel
Foto Antonio Rendón Domínguez

