El presidente de la Matriz dice que "en el actual contexto social de crisis" el proyecto era demasiado aventurado.
El Rocío Arena no tendrá continuidad y su segunda edición queda suspendida de forma definitiva. La crisis y con ello la falta de expectativas y de viabilidad económica han hecho desistir a los promotores musicales de poner en marcha un festival de conciertos que preveía reunir en el mismo escenario a dos de las estrellas más rutilantes del panorama español: Alejandro Sanz y David Bisbal.
Las negociaciones con los dos artistas se encontraban muy avanzadas para que ambos pudieran desembarcar en la aldea almonteña para deleite de sus miles de seguidores.
El presidente de la Hermandad Matriz, José Joaquín Gil, ha explicado que incluso se habían perfilado las fechas del 12 y el 19 de agosto próximos, si bien las expectativas en el actual contexto económico no garantizaban su éxito.
"Sólo con las necesidades sociales que vemos en Almonte somos conscientes de que era aventurado embarcarnos en un proyecto de esta envergadura, pues la clase media, que es en definitiva y en su mayoría quien acude a este tipo de eventos musicales, lo está pasando muy mal", apostilló el representante almonteño.
A pesar de todo, Gil Cabrera considera que la iniciativa es una excelente vía para recaudar fondos con fines sociales e incluso se barajó y estudió la posibilidad de elegir otros eventos como una corrida de toros, fórmula que igualmente hubo de ser descarta ante la imposibilidad de sufragar los cuantiosos gastos que generan eventos de esta magnitud en el que interviene primeras figuras de la tauromaquia.
El año pasado la Hermandad logró recaudar 100.000 euros del trío de conciertos que celebraron Raphael, Isabel Pantoja y Julio Iglesias, este último el concierto más multitudinario y quien a la postre cedería sus honorarios para la causa.
El dinero recaudado fue destinado a la construcción del Orfanato Virgen del Rocío Madre Misericordia en Kasai Oriental, en la República Democrática del Congo.
Esta inyección económica fue crucial para poder culminar este proyecto social, dado que la crisis había obligado a redoblar esfuerzos e inversiones en el primer mundo, lo que provocó un descenso de las aportaciones a este fin.
La crisis se nota tanto en la ocupación hotelera como en el número de residentes en Matalascañas, núcleo costero que depende del Ayuntamiento de Almonte. La ocupación ronda el 70%.